En Ampliación de Noticias, Víctor Potestá, ex comandante general del Cuerpo de Bomberos, hizo un análisis sobre las causas que han llevado a que la emergencia en Barrios Altos se mantenga activa desde el pasado lunes 3 de marzo.
Dos días después de declarado el gran incendio en la zona de Barrios Altos, en el Cercado de Lima, los bomberos siguen luchando contra las llamas, sin poder alcanzar el foco. La ferocidad del fuego ha provocado que algunos edificios se desplomen, lo que ha llevado a los agentes a mantenerse a buen recaudo, asumiendo una estrategia defensiva.
¿Por qué el incendio en Barrios Altos se mantiene incontrolable tantas horas después? ¿Cuáles son los factores que han influido para que tengamos esta situación? En Ampliación de Noticias, Víctor Potestá, ex comandante general del Cuerpo de Bomberos, hizo un análisis sobre esta problemática.
Uno de los elementos que ha contribuido a alimentar el fuego, según el experto, es la cantidad de artículos almacenados -la mayoría inflamables- en las estructuras incendiadas, donde operaban depósitos clandestinos.
“Toda la mayor cantidad de productos almacenados son insumos para la comida china, tales como sillao, aceite, bálsamos, y que todos son a base de productos sumamente inflamables. Ese es uno de los temas”, manifestó.
Al ser edificaciones construidas informalmente, estas no cuentan con sistemas antiincendios, que habrían contribuido a palear la emergencia, apenas iniciada.
“Un edificio como este debería de tener una red de agua contra incendios, es decir, una cisterna, un motor, unos gabinetes con sus mangueras y sus rociadores. Si esto hubiera estado instalado, tal vez el daño hubiera sido máximo en dos pisos, no en la totalidad del edificio como ha sucedido”, añadió.

“La red de agua contra incendios en Lima no existe”
Para que los bomberos puedan hacer frente a una emergencia de esta magnitud, necesitan una presión de agua importante, a fin de que rocíen las llamas con potentes chorros.
Lamentablemente, la red de tuberías del Cercado de Lima no soportaría un aumento significativo de la presión de agua, por lo que los bomberos no pueden utilizar los hidrantes, teniendo que improvisar piscinas para surtir sus camiones.
“Los hidrantes tienen salida de dos pulgadas y media, y descarga aproximadamente 250 galones por minuto. Una escala telescópica descarga entre 750 y 1000 galones por minuto. Entonces, el hidrante nunca lo va a abastecer. Por eso, tenemos que usar las piscinas, esos adicionales para poder juntar agua y succionar desde ahí”, refirió.
“La red de agua contra incendios en Lima no existe. Es la misma red de agua potable de que sacan un ramal y ponen un hidrante”, reflexionó.
Víctor Potestá advirtió sobre otro grave problema que afrontan los bomberos: las fallas mecánicas de sus unidades.
“De la flota automotriz en general, a nivel país, calculamos que entre un 30 y un 35 % están inoperativos, que no pueden salir a una emergencia. Aparte, de los que salen con poco mantenimiento o un mal mantenimiento y por la cantidad de horas que están sometidos a un fuerte trabajo, comienzan a deteriorarse”, remarcó.
En su opinión, esto se debe a trabas burocráticas con la Intendencia Nacional de Bomberos, que es “un organismo adscrito al Ministerio del Interior, que se encarga de comprarle las cosas a los bomberos”.
“Esto se ha vuelto un ente burocrático en que no le consultan nada al Cuerpo de Bomberos, a la parte técnica; y toman las decisiones que crean convenientes. Ese es el gran inconveniente que tenemos en el momento. Imagínense que, cuando una ambulancia necesita una batería, demoran entre dos y tres meses para poderla abastecer, para poder hacer un cambio. Con eso le digo todo”, sentenció.
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