Calculan que las consecuencias de la ventisca pueden costar a las aerolíneas cien millones de dólares, debido a la cancelación de casi siete mil vuelos.
Los aeropuertos John F. Kennedy, La Guardia y Newark, en Nueva York; así como los de Boston y Filadelfia reiniciaron anoche sus actividades, tras la fuerte nevada que obligó a cancelar cerca de 7.000 vuelos.
Calculan que las consecuencias de la ventisca, que también interrumpió la circulación de trenes y coches, pueden costar a las aerolíneas cien millones de dólares, recoge El País en su portal de Internet.
Desde el domingo miles de neoyorquinos y turistas quedaron atrapados en casas, aeropuertos y hasta trenes a causa de la gran nevada que obligó a cerrar los tres principales aeropuertos de la ciudad, cancelar prácticamente todo el servicio ferroviario y reducir al mínimo el tráfico rodado.
El temporal cubrió y paralizó buena parte de la costa noreste de EEUU, desde Pensilvania a Maine, y estropeó a numerosos viajeros el regreso a sus hogares tras el fin de semana de Navidad, refiere.
La región intenta recuperar poco a poco la actividad habitual en estas fechas.
El alcalde de Nueva York, Michael R. Bloomberg, dijo que todavía quedan muchas calles por limpiar tras la sexta mayor nevada que ha vivido la ciudad.
La tormenta siguió ayer su curso hacia el norte, afectando sobre todo a la zona de Nueva Inglaterra.
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