Comenzamos hablando sobre el apego y el afecto que despierta entre madre e hijo y viceversa con la lactancia....
La leche materna no solo calma el hambre del bebé sino que propicia el esperado vínculo afectivo entre la madre y su hijo, un elemento muy importante y decisivo para el desarrollo cerebral, intelectual, emocional y biológico de todo niño.
Los estudios han demostrado que al nacer, los niños se sienten uno solo con su madre y por eso es muy importante que inmediatamente después del alumbramiento se de el contacto piel a piel, que el bebé comience a lactar en su primera hora de vida.
Este vínculo afectivo, llamado por los especialistas apego, ha demostrado ser responsable de la futura salud emocional e intelectual de los niños. La lactancia materna es la forma más eficaz y natural de conseguirla.
Los estudios han demostrado que los niños alimentados con leche materna son más sanos biológicamente pero también más seguros y con una mejor personalidad.
Los niños que son amamantados desarrollan mejor la confianza básica que se da durante el primer año de vida, y que influirá en su forma de relacionarse con los demás en su vida adulta.
El contacto piel a piel que se da durante la lactancia ayuda a que la separación entre la madre y el niño, producida tras el parto, no sea brusca, lo que le da confianza y contribuye al equilibrio emocional y afectivo del bebé.
Todas las madres pueden darle a sus hijos su leche materna, mientras más succione el niño, más leche van a producir.
¿Qué les sucede a los niños que no reciben lactancia?:
Los niños que no son lactados por su madre tienden a ser más irritables
Duermen mucho cuando son recién nacidos y por lo tanto se alimentan menos
No logran fijar la mirada en otra persona
Sufren de vómitos o cólicos y lloran más de lo normal
¿Cómo hacer el destete?: A medida que pasan los años, cada vez las mamás llegan con bebés más grandes para ser destetados, esto es índice de una mayor conciencia respecto al destete natural, el amamantamiento prolongado, y es expresión de una lactancia exitosa.
Tanto OMS como UNICEF hablan de una lactancia exclusiva hasta los 6 meses y un destete que vaya más allá de los 2 años de la vida del bebé.
Es así que las madres plantean una dificultad: es más fácil destetar a un bebé que no habla que a otro más grande que sabe expresar sus opiniones. Pero que sea más fácil destetarlo para la madre no significa que también lo sea para el niño.
¿Cómo se las arregla para comunicarnos que el motivo de su llanto es su necesidad de ser amamantado? Sobre todo cuando el pecho empieza a tener una importancia más significativa para él como un objeto que sosiega y calma.
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