Las mascotas y el ruido

Como a los humanos el ruido también puede molestar a perros, gatos y cualquier otra mascota expuesta a fuegos artificiales, sonidos molestos del tránsito o generados en la urbe.

Incluso en animales de casa pueden darse desórdenes emocionales e incluso, pueden padecer depresiones y estrés.

Observe su conducta

En el perro no es difícil darse cuenta de cuáles son las reacciones más repetidas como el aumento de la presión sanguínea, respiración más acelerada de lo normal, pupilas que se dilatan, un incremento en la salivación, temblores momentáneos, cansancio repentino, etc.

El perro puede presentar aumento de la presión sanguínea, respiración acelerada, pupilas dilatadas, temblores, etc. También puede ponerse a ladrar, moverse de un lado a otro o buscar  refugio.

Si presenta estos síntomas debemos tranquilizar a nuestro perro pero no con mimos porque podría creer que nos parece adecuado su comportamiento.

Ante todo es bueno conocer cuáles son los ruidos que desequilibran a nuestra mascota observando el modo en el que actúa cuando escucha ruidos molestos o muy altos.

A la mayoría de perros los ruidos de alarmas, ambulancias, bomberos o policías les fastidia y lo desconciertan. Igualmente un claxon, frenadas, tubos de escape, etc. o los cohetecillos por fiestas.

A otros canes les incomoda el ruido que hacen algunos instrumentos musicales de percusión, electrodomésticos como el secador y la aspiradora.

Hay que tomar muy en cuenta estos síntomas porque lo que a simple vista es sólo un susto puede acarrear a nuestra mascota ansiedad e, incluso, una fobia irreversible que lo puede llevar a un descontrol, alterado por los nervios, y comience a romper objetos o hasta escapar de casa.

Si las situaciones de temor continúan es mejor que lleve a su mejor amigo al veterinario para que le diga que hacer o recetarle un ansiolítico antes por ejemplo de un desfile o de fuegos artificiales por algún tipo de fiesta como Navidad, Año Nuevo, Fiestas Patrias, etc.