Según encuesta en el marco del Día de los Difuntos, el 50% "aceptaría" a un muerto si éste intenta "comunicarse",
Por el contrario, el 26% indicó que la muerte "le impone" algo de miedo, y solo al 13% "le aterra", destacó el estudio realizado por la encuestadora mexicana María de las Heras.
En lo que se refiere a los muertos, el 55% "de plano no les tiene miedo", al 31% "le imponen (miedo) pero no le aterran", y al 8% "le aterran", indicó el sondeo realizado a quinientas personas.
Sobre el Día de los Muertos, el 59% dijo que en su casa se tiene la costumbre de visitar a los difuntos el 2 de noviembre, el 7% a veces, y el 34% no sigue esta tradición mexicana.
En esta celebración miles de mexicanos visitan los cementerios, donde conjuntos musicales tocan canciones, las familias realizan coloridas ofrendas florales a sus difuntos, y los deudos construyen altares que incluyen incluso los platillos favoritos del fallecido.
Desde tiempos prehispánicos los antiguos habitantes de lo que hoy es México celebraban a sus muertos en el día de "Hanal Pixan", en coincidencia con la llegada de las primeras cosechas de maíz, calabaza y fríjol.
El 36% de los mexicanos considera que sí puede haber contacto entre los vivos y los muertos, mientras que el 56% lo descarta.
En este sentido, el 8% asegura que algún muerto ha intentado hacer contacto con ellos y lo ha logrado, el 2% que un difunto intentó hacer contacto pero no lo logró, y 85% indica que ningún muerto ha intentado comunicarse.
En cambio, un 5% ha intentado comunicarse activamente con algún muerto y lo lograron supuestamente, el 2% lo intentó hacer pero no lo consiguió, el 20% nunca lo ha hecho pero "le gustaría", y el 70% ni lo intentaría ni siente deseos de hacerlo.
De otra parte, cuando piensan en la muerte a la mayoría lo que le preocupa más es dejar de vivir (39%), seguidos de los que reflexionan sobre "lo que pueda haber después" de morir, y los que de plano "nada les preocupa".
Tradicionalmente el 1 de octubre los mexicanos esperan las almas de los niños difuntos y preparan un altar con una ofrenda especial para ellos, llena de dulces y juguetes.
El 2 de noviembre, en cambio, celebran a las ánimas mayores, lo cual se marca en iglesias y cementerios por un camino hecho de flores y velas para que sigan los difuntos desde el más allá. EFE
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