Familia argentina se topó con los restos de un niño, que podrían tener entre 600 y 1.000 años de antigüedad, según la dirección de Patrimonio Cultural.
De acuerdo con el diario bonaerense Clarín, el hallazgo se produjo cuando la familia Romero trataba de cavar un pozo para instalar la puerta de acceso a una vivienda que está construyendo en un terreno de la localidad de Huaco, a unos 50 kilómetros de la capital provincial.
Apenas habían cavado 40 centímetros de profundidad cuando se toparon con la urna, que contiene los restos de un niño pequeño, que podrían tener entre 600 y 1.000 años de antigüedad, según la dirección de Patrimonio Cultural de la provincia, situada unos 1.170 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Según el diario, decidieron dejar de cavar porque, al seguir revolviendo la tierra, se percataron de que había algo más enterrado. Los expertos advirtieron que podría tratarse de otros elementos con los que los pueblos originarios acompañaban los enterramientos.
Habitantes de los pueblos diaguitas poblaron la provincia de La Rioja desde el siglo X hasta la colonización europea.
Estos pueblos originarios utilizaban urnas funerarias sólo para los niños recién nacidos y los nonatos, que en numerosas ocasiones enterraban bajo las propias viviendas, explicó la antropóloga Myriam Tarragó, asesora del Comité Permanente de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La especialista advirtió que ha sido esa forma de entierro la que ha permitido la preservación de los restos, porque si hubieran permanecido "en contacto con la tierra, ya no existirían", afirmó.
EFE
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