La niña estuvo en riesgo de morir. Los casos de acoso y violencia escolar son reiterativos en el país norteamericano.
La niña tiene 12 años y uno de los promedios más altos de su colegio, en un pueblo de Guanajuato, México. Pero su tranquilidad fue interrumpida cuando dos compañeras echaron un plaguicida usado en la industra del agro, en un yogur que estaba consumiendo y la envenenaron.
Durante el recreo, la niña dejó destapada la pequeña botella en su carpeta y salió hacia el patio. Volvió y tomó un sorbo largo del lácteo, pese a que algunas compañeras le advirtieron que no lo haga porque tenía el elemento tóxico. El motivo fue que, hace algunas semanas, la jovencita de nombre Sara había peleado con una compañera y desde entonces fue atacada verbalmente.
Medidas drásticas. Minutos después empezaron las náuseas incontrolables y el posterior desmayo. Según la nota difundida por el portal RT, fue uno de los profesores que dio la llave de un almacén a otras dos alumnas. En ese lugar se guardaban los productos de limpieza y mantenimiento.
Llevaron a la menor a un hospital, donde horas después salió del grave cuadro. El director del centro educativo fue a visitarla y a proponer a la familia que no denuncie al establecimiento. La familia se ha mantenido en su posición sobre las acciones que tomarán.
La niña no quiere regresar con sus compañeros y la familia evalúa un cambio de colegio. En México, según cifras de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) hay 18 millones de niños víctimas de bullying, situación que ha incidido directamente en el elevado consumo de drogas y los índices de suicidio.
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