Según activistas, a compatriotas inmigrantes les ofrecen visa de trabajo como pastores a cambio de un salario bajo, sin seguro médico. Cónsul de Perú en Denver, Guido Loayza, explicó que no se puede influir en legislación local.
Ciudadanos peruanos que dejaron el país para laborar en las montañas de Estados Unidos sufren abusos por parte de sus jefes, como largas jornadas de trabajo a cambio de salarios bajos y la falta de un seguro médico, informa la BBC.
El profesor de español, Thomas Acker, uno de los activistas que luchan para que los pastores tengan un salario más alto y una mayor supervisión de sus condiciones de trabajo mencionó que "a estos hombres se les trata mucho peor de lo que se le trataría a cualquier empleado estadounidense. Y la única razón por la que eso pasa es porque nadie lo está supervisando".
Acker quiere que el gobierno de los EE.UU. ejerza un mayor control sobre el bienestar de los pastores inmigrantes.
El gobierno federal de ese país requiere que los ganaderos provean a sus empleados con remolques y alimentos, y que además les paguen un salario mínimo de US$750 al mes.
Durante años, activistas de derechos de los inmigrantes argumentan que las condiciones de vida que los trabajadores toleran no se justifica por el dinero que les pagan.
Aseguran que algunos ganaderos se aprovechan de sus empleados negándoles asistencia médica, realizando deducciones inapropiadas de sus salarios y convirtiendo un trabajo que ya es difícil, en algo mucho más solitario y aislado de lo que debe ser en realidad.
Al respecto, el cónsul del Perú en Denver, Guido Loayza Devescovi, explicó que la embajada de un país extranjero no puede influir en la legislación local o en las condiciones de trabajo.
"Cuando vienen con el dueño del rancho a renovar el pasaporte o cualquier otro documento que necesiten, también les preguntamos cómo están siendo tratados, si están contentos con el trabajo", agregó.
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