Es una nueva campaña de las patrullas iraníes de la moral, la primera desde la reelección como presidente de la República Islámica de Mahmud Ahmadineyad.
El régimen iraní envió un comunicado a las tiendas de la ciudad de Teherán en el cual dispone que los maniquíes femeninos usen velos en el rostro y no se enseñen las curvas.
"Usar maniquíes femeninos que exponen sus curvas y con las cabezas sin sus hijab (pañuelo islámico) queda prohibido", recoge el comunicado difundido por la agencia iraní IRNA.
Es una nueva campaña de las patrullas iraníes de la moral, la primera desde la reelección como presidente de la República Islámica de Mahmud Ahmadineyad.
Por lo general, estas restricciones suelen llegar en verano, pero esta vez los ultraconservadores se han empeñado en determinar cómo deben vestir sus ciudadanos también en invierno.
Las grandes firmas internacionales de ropa y complementos abandonaron Irán a raíz de la revolución islámica de 1979.
El nuevo régimen ahuyentó a los inversores e impuso un estilo austero que convirtió cualquier objeto de moda en contrarrevolucionario.
Las mujeres tuvieron que cubrirse las formas del cuerpo y el pelo con batas y pañuelos oscuros.
Al concluir la guerra con Irak, el cambio generacional que llevó a Mohamed Jatamí a la presidencia volvió a llenar las calles de color y esa pequeña innovación se vivió como un signo de una mayor apertura social.
"Usar maniquíes femeninos que exponen sus curvas y con las cabezas sin sus hijab (pañuelo islámico) queda prohibido", recoge el comunicado difundido por la agencia iraní IRNA.
Es una nueva campaña de las patrullas iraníes de la moral, la primera desde la reelección como presidente de la República Islámica de Mahmud Ahmadineyad.
Por lo general, estas restricciones suelen llegar en verano, pero esta vez los ultraconservadores se han empeñado en determinar cómo deben vestir sus ciudadanos también en invierno.
Las grandes firmas internacionales de ropa y complementos abandonaron Irán a raíz de la revolución islámica de 1979.
El nuevo régimen ahuyentó a los inversores e impuso un estilo austero que convirtió cualquier objeto de moda en contrarrevolucionario.
Las mujeres tuvieron que cubrirse las formas del cuerpo y el pelo con batas y pañuelos oscuros.
Al concluir la guerra con Irak, el cambio generacional que llevó a Mohamed Jatamí a la presidencia volvió a llenar las calles de color y esa pequeña innovación se vivió como un signo de una mayor apertura social.
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