Una nueva norma en el país europeo, denominada Igualdad de Pago Estándar, obliga a que las empresas de más de 25 trabajadores certifiquen la igualdad salarial cada año.
El pasado lunes, Islandia, país localizado en el extremo noroeste de Europa, le cerró la puerta a la discriminación de las mujeres en la vida pública acabando con la brecha salarial.
"La igualdad en el mercado laboral es un aspecto importante para lograr una sociedad justa. Para luchar contra la discriminación salarial basada en el género, cualquier compañía de 25 o más empleados deberá certificar la igualdad salarial cada año", anunció la primera ministra, Katrin Jakobsdottir, de 41 años.
Triunfó histórico
Este cambio es una reivindicación social para las mujeres del país nórdico. Ellas habían dejado sus trabajos cuatro veces en los últimos 42 años (En 1975, 1985, 2005 y 2010) para protestar por la brecha salarial.
A partir de enero de 2018, el 86,8% de las empresas islandesas deberán hacer públicos los salarios. En el caso de que un hombre y una mujer reciban un sueldo dispar por hacer el mismo trabajo, la compañía en cuestión se enfrentará a sanciones económicas aún no determinadas.
Problemas en el paraíso
Aunque Islandia es considerado como el país más equitativo seguido de Noruega y Finlandia desde hace más de nueve años, según el Informe Global de la Brecha de Género, pasó por un bache entre 2013 y 2016. En esos años la brecha salarial aumentó en el sector financiero y en los municipios de Reikiavik, su capital.
Con esta nueva legislatura, el Gobierno busca dejar en el pasado la discriminación salarial. Para ello, seguirá muy de cerca el camino ya iniciado revisando su nueva norma (llamada Igualdad de Pago Estándar) cada tres años. (El PAÍS)
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