La jornada electoral en Bolivia inició con la apertura de mesas para elegir al próximo presidente, vicepresidente y legisladores para el periodo 2025-2030, en un contexto de tensiones políticas, una crisis económica y un llamado al voto nulo liderado por el expresidente Evo Morales.
Bolivia dio inicio este domingo a las elecciones generales para elegir al presidente, vicepresidente y renovar el Parlamento para el periodo 2025-2030, en un contexto marcado por la polarización política, una fuerte crisis económica y el llamado al voto nulo del expresidente Evo Morales.
Más de 7,5 millones de bolivianos están habilitados para votar en mesas electorales que se abrieron desde las 08:00 hora local (7:00 a.m. en Perú) y permanecerán abiertas durante ocho horas hasta las 16:00.
Según el Tribunal Supremo Electoral (TSE), 204 156 jurados supervisan 34 026 mesas en todo el país, mientras que 369 308 ciudadanos en el exterior podrán votar únicamente por el binomio presidencial.
Un proceso electoral bajo tensión
El presidente en funciones del TSE, Óscar Hassenteufel, destacó la importancia este proceso electoral, al que calificó como "el más importantes de la historia contemporánea" de Bolivia y resaltó que este coincide con el bicentenario de la independencia del país altiplánico, celebrado el 6 de agosto.
De acuerdo a Hassenteufel, el TSE ha enfrentado múltiples desafíos, incluyendo tensiones derivadas de la “multipolarización de la sociedad boliviana” y presiones de “grupos y poderes fácticos” que, según Hassenteufel, intentaron afectar el proceso.
A pesar de esto, el organismo garantiza elecciones “justas, limpias, transparentes y técnicamente confiables” con el apoyo del Sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (Sirepre) y la supervisión de 14 misiones internacionales, lideradas por la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA).

Evo Morales y el voto nulo
El expresidente Evo Morales (2006-2019), inhabilitado constitucionalmente para postularse y sin partido político tras renunciar al Movimiento al Socialismo (MAS), llamó a votar nulo desde su bastión en el Trópico de Cochabamba.
“Hago un llamado al pueblo boliviano a que vote nulo, porque sin mí en la papeleta presidencial no hay ningún candidato que represente al pueblo”, ha declarado el exmandatario.
En el Trópico, organizaciones sociales lideradas por figuras como Wilma Colque, presidenta de las mujeres de las Seis Federaciones, promueven el voto nulo como protesta.
“Mañana vamos a hacer conocer con más del 50 % con voto nulo que no estamos de acuerdo, es una democracia sin el pueblo boliviano”, afirmó Colque en la víspera.
Sin embargo, según la ley electoral, los votos nulos y blancos no se contabilizan para definir al ganador, que debe obtener más del 50% de los votos válidos o un 40% con al menos diez puntos de ventaja.
La jornada electoral se ve empañada por denuncias de “campaña sucia”. La alianza Unidad alertó sobre un supuesto plan del Gobierno de Arce para acusar a Doria Medina de fraude electoral, incluyendo videos falsos en redes sociales que muestran papeletas marcadas a su favor.
Dos candidatos de derecha favoritos y una posible segunda vuelta
Las encuestas posicionan a dos candidatos de derecha como favoritos: Samuel Doria Medina, de la alianza Unidad, y Jorge ‘Tuto’ Quiroga, de la alianza Libre, ambos con cerca del 20% de intención de voto.
Este escenario apunta a una posible segunda vuelta el 19 de octubre, un hito inédito desde la reforma constitucional de 2009.
Por su parte, el MAS, dividido tras la ruptura entre Morales y el presidente Luis Arce, enfrenta un panorama complicado.
El candidato oficialista, Eduardo del Castillo, apenas alcanza el 3% en las encuestas, mientras que Andrónico Rodríguez, de la alianza Popular, se posiciona como la mejor opción de izquierda, aunque lejos de los líderes.
Denuncias de campaña sucia
La jornada electoral se ve empañada por denuncias de “campaña sucia”. La alianza Unidad alertó sobre un supuesto plan del Gobierno de Arce para acusar a Doria Medina de fraude electoral, incluyendo videos falsos en redes sociales que muestran papeletas marcadas a su favor.
“Alertamos a la ciudadanía que está en marcha un plan digitado por el gobierno para acusarnos de fraude electoral”, señaló Unidad.
El Gobierno rechazó estas acusaciones, calificándolas de “irresponsables” y atribuyéndolas a una “guerra sucia entre los partidos de la derecha”.
La plataforma Bolivia Verifica desmintió los videos en TikTok, asegurando que el material electoral está bajo custodia del TSE, lo que imposibilita su manipulación.

Una Bolivia en crisis
Las elecciones se desarrollan en medio de una severa crisis económica, con escasez de dólares, falta de combustible y una inflación que ha alcanzado su peor nivel en décadas, encareciendo los productos de primera necesidad.
Este contexto ha debilitado al MAS, que gobernó Bolivia durante casi 20 años, y abre la puerta a un posible cambio político hacia el centro o la derecha.
El presidente Arce, quien renunció a la reelección, prometió una transición pacífica. “Que quienes hemos ingresado por la puerta de esta Casa Grande, también salgamos por la puerta y dejemos el legado democrático para todo el pueblo boliviano”, afirmó.
El ganador de estas elecciones heredará un país con desafíos significativos. Según la ONU, casi la mitad de los niños bolivianos viven en pobreza, y el PIB creció solo un 0,73% en 2024, con una inflación cercana al 10%.
La estabilidad política y la recuperación económica serán prioridades para el nuevo Gobierno, que asumirá el 8 de noviembre.
