El primer ministro indicó que "en el peor caso", si la balsa sufre una nueva fractura, se podrían verter unos 500.000 litros del lodo cargado de arsénico, silicio y metales pesados.
El primer ministro húngaro, Viktor
Orbán, calificó hoy de "muy grave" la situación en la balsa de
acumulación de lodos tóxicos que el lunes vertió 1 millón de metros
cúbicos y cuyo mal estado ha obligado a evacuar un pueblo, ante el
riesgo de nuevos escapes.
"La situación es muy grave. No queremos crear grandes esperanzas", explicó Orbán en una improvisada rueda de prensa en la localidad de Ajka, hasta la que han sido evacuados los 715 habitantes del pueblo de Kolontár, donde el lunes impactó con más fuerza la avalancha de barro cargado de metales pesados.
El primer ministro indicó que "en el peor caso", si la balsa finalmente sufre una nueva fractura, se podrían verter unos 500.000 litros del lodo cargado de arsénico, silicio y metales pesados.
El vertido ya ha inundado unos 40 kilómetros cuadrados en el suroeste de Hungría y ha causado la muerte a siete personas y heridas a unas 150.
El jefe del Gobierno húngaro habló de "situación dramática" e indicó que la evacuación de Kolontár se ha ordenado porque "podrían estar en peligro vidas humanas".
El mandatario recordó a los siete fallecidos y resaltó que no se puede "dejar que esto se repita".
Respecto al riesgo de que la contaminación llegue al Danubio en caso de una segunda oleada tóxica, Orbán aseguró que se dispone de las herramientas para que no afecte al segundo río más largo de Europa. "Estamos preparados para todo", dijo.
Respecto a la localidad de Devecser, que también se vio gravemente afectada el lunes, el jefe de Gobierno indicó que aún no se ha ordenado la evacuación, pero sí que todo está preparado para desalojar a los habitantes en caso de necesidad.
Ayer, los responsables de Protección Civil explicaron que no tenían previsto evacuar a la población.
Al respecto, Orbán precisó que la abertura de grietas en la balsa se produjo "centímetro a centímetro" y que sólo a las 21.00 horas (19.00 GMT) del viernes se detectó que "las dos partes de la pared se separaban", por lo que se decidió ordenar el desalojo.
"No es seguro que esto suceda (la rotura de la pared), pero existe el riesgo", insistió.
La portavoz de Protección Civil en la zona, Gyorgyi Tottos, precisó hoy en declaraciones a Efe que se trata de dos grietas de siete centímetros, que se han ido agrandando desde anoche.
Tottos indicó que las autoridades están acumulando en Kolontár yeso y productos químicos neutralizadores para que puedan ser empleados en caso de que efectivamente se produzca la rotura.
En cuanto a los responsables de la catástrofe, Orbán señaló que ya se ha abierto una investigación y prometió que "las consecuencias serán muy graves".
"La compañía pagará, no hay duda", dijo en referencia a la metalúrgica MAL, dueña de la balsa donde se produjo el vertido. EFE
"La situación es muy grave. No queremos crear grandes esperanzas", explicó Orbán en una improvisada rueda de prensa en la localidad de Ajka, hasta la que han sido evacuados los 715 habitantes del pueblo de Kolontár, donde el lunes impactó con más fuerza la avalancha de barro cargado de metales pesados.
El primer ministro indicó que "en el peor caso", si la balsa finalmente sufre una nueva fractura, se podrían verter unos 500.000 litros del lodo cargado de arsénico, silicio y metales pesados.
El vertido ya ha inundado unos 40 kilómetros cuadrados en el suroeste de Hungría y ha causado la muerte a siete personas y heridas a unas 150.
El jefe del Gobierno húngaro habló de "situación dramática" e indicó que la evacuación de Kolontár se ha ordenado porque "podrían estar en peligro vidas humanas".
El mandatario recordó a los siete fallecidos y resaltó que no se puede "dejar que esto se repita".
Respecto al riesgo de que la contaminación llegue al Danubio en caso de una segunda oleada tóxica, Orbán aseguró que se dispone de las herramientas para que no afecte al segundo río más largo de Europa. "Estamos preparados para todo", dijo.
Respecto a la localidad de Devecser, que también se vio gravemente afectada el lunes, el jefe de Gobierno indicó que aún no se ha ordenado la evacuación, pero sí que todo está preparado para desalojar a los habitantes en caso de necesidad.
Ayer, los responsables de Protección Civil explicaron que no tenían previsto evacuar a la población.
Al respecto, Orbán precisó que la abertura de grietas en la balsa se produjo "centímetro a centímetro" y que sólo a las 21.00 horas (19.00 GMT) del viernes se detectó que "las dos partes de la pared se separaban", por lo que se decidió ordenar el desalojo.
"No es seguro que esto suceda (la rotura de la pared), pero existe el riesgo", insistió.
La portavoz de Protección Civil en la zona, Gyorgyi Tottos, precisó hoy en declaraciones a Efe que se trata de dos grietas de siete centímetros, que se han ido agrandando desde anoche.
Tottos indicó que las autoridades están acumulando en Kolontár yeso y productos químicos neutralizadores para que puedan ser empleados en caso de que efectivamente se produzca la rotura.
En cuanto a los responsables de la catástrofe, Orbán señaló que ya se ha abierto una investigación y prometió que "las consecuencias serán muy graves".
"La compañía pagará, no hay duda", dijo en referencia a la metalúrgica MAL, dueña de la balsa donde se produjo el vertido. EFE
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