Los combates, que estallaron el jueves, suponen el mayor desafío hasta el momento para el nuevo Gobierno de Siria.
POR: CCTV
La escalada de violencia en la costa mediterránea de Siria deja más de 1 018 muertos, incluidos 745 civiles, en tan solo tres días, anunció el sábado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, revisando al alza sus informes anteriores.
Según el Observatorio, grupos paramilitares aliados con la nueva administración siria han llevado a cabo asesinatos de represalia tras una serie de ataques llevados a cabo por simpatizantes del derrocado gobierno de Bashar al-Assad contra las tropas gubernamentales a principios de esta semana, en los que murieron 16 miembros de las fuerzas de seguridad. Los funcionarios del Gobierno afirmaron que las emboscadas fueron premeditadas.
El Observatorio informó que, del total de muertos, 125 eran miembros de las fuerzas de seguridad gubernamentales y 148 militantes de grupos armados leales al régimen anterior. Sin embargo, estas cifras no pudieron ser verificadas de forma independiente.
Los combates, que estallaron el jueves, suponen el mayor desafío hasta el momento para el nuevo Gobierno de Siria. La violencia se ha concentrado principalmente en las provincias costeras de Latakia y Tartús.
La mayor preocupación del observatorio es la ausencia de responsabilidad legal, la cual podría alimentar más violencia y desestabilizar la Siria pos-Assad.
Refuerzos de seguridad sirios han sido desplegados en las ciudades portuarias de Latakia y Jableh, y las carreteras están cerradas mientras las fuerzas trabajan para recuperar el control de la región costera.
El sábado, grupos armados leales a al-Assad atacaron varias instalaciones médicas, incluido el Hospital Nacional de Latakia.
"El ataque se produjo desde los edificios que rodean el hospital. Algunas de estas estructuras estaban aisladas, incluido un edificio abandonado e inacabado. Parece que los atacantes se infiltraron en estos edificios vacíos y abrieron fuego contra el hospital", señaló el Dr. Mohammed, jefe del departamento de emergencias del Hospital Nacional de Latakia.
Civiles atrapados en el fuego cruzado
Numerosos civiles quedaron atrapados en el fuego cruzado. Un residente local narró cómo fue disparado mientras calentaba comida para su hijo en la cocina y que sus vecinos tuvieron que llevarlo al hospital.
"Estaba calentando comida para mi hijo de siete años cerca de la ventana cuando subió las escaleras. De repente, empezaron a oírse disparos desde los altos edificios. Dispararon contra nosotros. Una bala me alcanzó en la mano y otra no me alcanzó por poco. Empecé a sangrar", recordó Khaled Al Raad, un residente de Latakia, que se encontraba ingresado en el hospital.
Cuando las fuerzas de seguridad recuperaron el control, algunos residentes locales reanudaron sus rutinas diarias, pero muchos expresaron su temor por el resurgimiento de la violencia motivada por la venganza.
"No queremos una guerra sectaria, queremos reconstruir nuestro país. No queremos derramamiento de sangre, ni de parte nuestra ni de ellos, porque eso no cambiará nada. Hay quienes se benefician de la guerra y no quieren que Siria se recupere. Se benefician mientras los civiles de ambos bandos sufren. Pero nosotros lo rechazamos. Queremos la paz y queremos que nuestro país se recupere", expresó Ahmad Al Najar, otro residente.
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