En la primera noche, Obama tuvo que preguntar adónde se suponía que tenía que ir, pues es una casa bastante grande.
La familia del presidente de EE.UU., Barack Obama, ha comenzado a adaptarse con normalidad a su nueva residencia, la Casa Blanca, aunque la primera noche el mandatario tuvo que pedir indicaciones para saber adónde ir.
Tras la ceremonia de investidura y la decena de bailes a los que tuvo que asistir, al llegar a la Casa Blanca, Obama, "tuvo que preguntarle a alguien adónde se suponía que tenía que ir", explicó el portavoz de la residencia, Robert Gibas, justificando la reacción del presidente indicando que "es una casa bastante grande".
Sin embargo ya el miércoles, en su primer día de trabajo, el presidente "parecía muy cómodo en su nuevo ambiente" y tanto él como su esposa, Michelle, y sus hijas Malia y Sasha se adaptan con normalidad a su nueva residencia, la cuarta en 20 días, explicó el portavoz.
Como se recuerda, los Obama dejaron su casa familiar en Chicago a principios de mes para que las niñas pudieran comenzar la escuela con el resto de sus compañeros tras las vacaciones de Navidad.
A su llegada a Washington, se alojaron en un hotel y, cinco días antes de la investidura, se trasladaron a la residencia de invitados de la Casa Blanca.
Con referencia a la ubicación de los apartamentos privados y las oficinas de la nueva residencia, Obama se mostró agradecido por su cercanía.
El miércoles pudo aprovechar un rato muerto entre dos actos oficiales para subir a las habitaciones privadas y cenar con su familia, algo que "evidentemente le importa mucho como padre", explicó Gibbs.
En tanto, sus hijas, Malia, de diez años, y Sasha, de siete, también parecen adaptarse sin problemas a su nueva vida.
La noche de la investidura, mientras sus padres acudían a los bailes en su honor, las niñas se quedaron levantadas hasta tarde en la Casa Blanca con los hijos de algunos altos funcionarios, con los que compartieron un juego de gymkhana en el que la sorpresa resultó ser su grupo musical favorito, los Jonas Brothers.
El miércoles, su primer día en la residencia presidencial, las niñas quedaron excusadas de ir a la escuela. Sin embargo, hoy asistieron con normalidad a la escuela privada, Sidwell Friends en el noroeste de Washington.
"Siguen siendo las mismas cuatro personas que conocí cuando empecé a trabajar" para Obama, aunque evidentemente "ahora es un poco diferente", finalizó el portavoz.
EFE
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