Mineros artesanales trabajan en las cavernas de Simojovel, en el sureño estado mexicano de Chiapas, que acogen cada día a cientos de indígenas dedicados a una extracción rudimentaria de ámbar en la que arriesgan sus vidas por 12 dólares. El precio del ámbar se multiplica en las joyerías donde las piedras pueden alcanzar precios de hasta 1.600 dólares.
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