La reforma sanitaria es la prioridad en política interna del Gobierno de Obama que quiere que esté aprobada para finales de año.

"Necesito que llamen a las puertas, que hablen con sus vecinos y que difundan los datos", afirmó Obama durante una asamblea popular en Montana para explicar los detalles de su controvertido plan de reforma.
El Congreso deberá debatir el citado programa a partir del próximo 8 de septiembre, cuando los legisladores se reincorporarán al trabajo tras el receso veraniego.
El plan de la Casa Blanca busca, en líneas generales, cambios en las reglas que rigen los seguros médicos, ampliar la cobertura a los alrededores de 47 millones de personas que no lo tienen y reducir los gastos sin aumentar el ya estratosférico déficit público.
Obama afirmó hoy que para que Estados Unidos pueda tener éxito en el siglo XXI es necesario sentar las bases para una prosperidad duradera.
"La reforma sanitaria es uno de los pilares clave de esas nuevas bases", indicó el presidente.
Aseguró que muchos estadounidenses son "prisioneros" de las aseguradoras que les niegan cobertura por condiciones médicas pre-existentes, les cancelan las pólizas cuando se ponen enfermos o les aplican tarifas que no pueden pagar cuando más lo necesitan.
El plan sanitario propuesto por el gobierno de Obama, costará alrededor de un billón de dólares en un periodo de una década.
EFE
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