El mandatario dijo que para restablecer la confianza en los mercados es necesario promover la apertura, la transparencia y el lenguaje claro en el sistema financiero.
El presidente de Estados
Unidos, Barack Obama, pidió al Congreso propuestas para una reforma ambiciosa
del sistema financiero de modo que se eviten crisis como la que vive el mundo
en la actualidad.
Hasta ahora, afirmó el mandatario
norteamericano, las regulaciones "han ido por detrás de los cambios en los
mercados".
Obama enumeró una serie de
principios que deberán regir la reforma, entre los cuales indicó que las instituciones
financieras que representen un riesgo "serio" deberán recibir
supervisión del Gobierno.
El Gobierno, sostuvo,
debería "supervisar la escala y la amplitud de los riesgos que adoptan las
instituciones financieras".
"Nuestro sistema
regulatorio, y nuestros principales mercados, deben ser lo suficientemente
sólidos como para soportar presiones en el sistema o el hundimiento de una o
dos instituciones grandes", explicó.
Asimismo, indicó, para
restablecer la confianza en los mercados es necesario promover "la
apertura, la transparencia y el lenguaje claro" en el sistema financiero.
También reclamó una
supervisión "uniforme" de los productos financieros que se ofrezcan a
inversores y consumidores.
Es también necesario,
insistió el presidente, exigir "una rendición de cuentas estricta",
empezando desde los ejecutivos de mayor nivel, y asegurarse de que el sistema
regulatorio "carece de vacíos legales".
"El problema de la
regulación no es sólo un desafío para EE.UU., sino también global, por lo que
pedirá al resto de los países que hagan lo mismo", afirmó
"No podemos seguir
sosteniendo unos mercados del siglo XXI con regulaciones del siglo XX y si bien
el libre mercado es clave para nuestro progreso, no nos da una patente de corso
para llevarnos todo lo que podamos por los medios que queramos", añadió
Según el mandatario,
"la elección que encaramos no es entre una economía opresiva y dirigida
por el Gobierno y un capitalismo caótico y despiadado".
Más bien, sostuvo,
"unos mercados financieros sólidos necesitan unas normas claras, no para
perjudicar a las instituciones financieras sino para proteger a los
consumidores y los inversores, y al final mantener la solidez de esas
instituciones financieras".
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