Turistas pueden pasear por la ciudad fantasma sin ningún problema, salvo en las zonas donde aún perduran índices considerables de radiación por la catástrofe de 1.986.
Si bien las visitas a Chernóbil se registran hace décadas, el gobierno ucraniano decidió de manera oficial la apertura de la ciudad al turismo.
Al respecto, el científico Charles Q. Choi de Scientific American arribó hasta la aún lastimada metrópolis y constató que en efecto los visitantes pasean libres, con obvias restricciones de ingreso a los puntos contaminados con radioactividad.
En medio de la crisis nuclear japonesa, la catástrofe de Chernóbil se ha citado más de una vez. En 1.986, una fuga tóxica provocó que en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares la ciudad alcance el nivel 7, el más alto de la historia en materia de toxicidad. No obstante, la vida continúa en la localidad ucraniana involucrando a pequeños animales y plantas, sin importar que el plutonio 239 tarde 24 mil años en desaparecer.
Según el portal FaweWayer, un tour en Chernóbil cuesta entre 150 y 500 dólares. Este dinero cubre el paseo por la ciudad fantasma.
Comparte esta noticia