En su primera encuentro en la Casa Blanca, Nayib Bukele y Donald Trump abordaron la polémica deportación de un migrante al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) y discutieron la posibilidad de enviar ciudadanos estadounidenses a prisiones salvadoreñas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este lunes en la Casa Blanca a su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, en un encuentro que destacó por su enfoque en temas migratorios y de seguridad.
La reunión, la primera que Trump sostiene el líder centroamericano, giró en torno al caso de Kilmar Ábrego García, un migrante salvadoreño deportado por error al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, y a propuestas controvertidas sobre deportaciones de ciudadanos estadounidenses.
El caso de Kilmar Ábrego García
Ábrego García, residente en Maryland, fue enviado al Cecot a pesar de contar con una orden judicial que lo protegía de la deportación.
La Corte Suprema de Estados Unidos ordenó su regreso, pero ambos mandatarios descartaron cumplir con esta decisión.
“Por supuesto que no voy a hacerlo. ¿Cómo voy a enviar de contrabando a un terrorista a Estados Unidos?”, dijo Bukele en el Salón Oval ante la pregunta de periodistas.
Además, señaló que no planea dejar libre al migrante, con el argumento de que le "gusta mucho" liberar terroristas en su país.
Donald Trump insistió en su idea de deportar no solo a migrantes, sino también a ciudadanos estadounidenses a prisiones salvadoreñas como el Cecot.
Por su parte, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, indicó que el retorno de Ábrego García depende de El Salvador, ya que está bajo su custodia.
“Depende de El Salvador si quieren devolverlo”, dijo Bondi, quien acusó al migrante de ser miembro de la Mara Salvatrucha (MS-13), aunque no existen antecedentes penales que lo confirmen en territorio estadounidense, de acuerdo a la justicia de ese país.
Stephen Miller, asesor de Trump, reforzó esta postura al declarar que “sería muy arrogante decirle a El Salvador lo que tiene que hacer con sus ciudadanos”.
Jennifer Vásquez, esposa de Ábrego García, defendió su inocencia la semana pasada ante la prensa, denunciando la actuación de ambos gobiernos.

Propuesta de deportar ciudadanos estadounidenses
Durante la reunión, Trump insistió en su idea de deportar no solo a migrantes, sino también a ciudadanos estadounidenses a prisiones salvadoreñas como el Cecot, una instalación criticada por organizaciones de derechos humanos.
“No sé cuáles son las leyes, pero también tenemos criminales locales y me gustaría incluirlos en el grupo de gente que sacamos de este país”, afirmó el mandatario.
“Serán los siguientes (...) vas a tener que construir como cinco cárceles más”, dijo luego en un tono más informal, captado por micrófonos.
Trump defendió esta medida al señalar: “Por supuesto. Si son criminales, si golpean a una persona en la cabeza con un bate de béisbol, a una persona de 90 años, y si violan a una mujer de 87 años en Coney Island, Brooklyn, sí. Sí”.
La fiscal general Bondi confirmó que se están estudiando “fórmulas legales” para hacer posible esta propuesta, aunque expertos legales y defensores de derechos civiles han alertado sobre su ilegalidad y posible inconstitucionalidad.
Acuerdos y cooperación bilateral
Trump y Bukele destacaron la sintonía entre ambos gobiernos. Estados Unidos acordó un auxilio de seis millones de dólares para que El Salvador albergue a migrantes deportados en el Cecot, invocando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798.
Desde el 15 de marzo, 238 venezolanos y 23 salvadoreños, incluido Ábrego García, han sido enviados a esta prisión.
Trump elogió a Bukele, afirmando: “Está haciendo un trabajo estupendo”, y expresó su deseo de deportar “a tantas personas como sea posible” para abordar lo que calificó como un problema de “millones de personas peligrosas” en EE.UU.
Bukele, por su parte, animó a Trump a “liberar a 350 millones de personas” en Estados Unidos encarcelando a los criminales para garantizar la seguridad.
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