Caracterizado por su sencillez, el papa argentino se convirtió en el 2013 en el sucesor de Benedicto XVI
El papa Francisco llegó a nuestro país este jueves 18. El sumo pontífice viene a dejar entre sus fieles un mensaje de unión y paz. Su verdadero nombre es Jorge Mario Bergoglio y asumió el cargo el 13 de marzo del 2013, cuando fue elegido como sucesor de Benedicto XVI. Contra todo pronóstico, el argentino se convirtió en el primer papa latinoamericano y jesuita, tomando el nombre de Francisco, en honor al santo de Asís.
De Buenoa Aires a Roma. Francisco nació el 17 de diciembre de 1936 en en la capital argentina. Sus padres fueron dos emigrantes italianos, Mario y Regina, quienes tuvieron otros cuatro hijos. De los hermanos del papa, solo vive María Elena, quien cuenta que Francisco tuvo que elegir entre el amor de Dios y el de una mujer. “Jorge se había enamorado de una chica del grupo y, aparentemente, a ella le pasaba lo mismo. Él le iba decir lo que sentía, pero entró primero a la parroquia a rezar un ratito y parece que allí se dio cuenta que tenía vocación religiosa”, le dijo a la cadena RT.
Desde niño, sus padres lo criaron bajo la fe católica, en la que él mismo se fortaleció con el tiempo. A los 20 años, antes de entrar al noviciado de la compañía de jesús, le extirparon un pulmón, que limitó un poco su capacidad respiratoria, pero no sus ganas por servir al señor. En 1969 se ordenó como sacerdote y desde allí escaló rápidamente en puestos de la jerarquía católica, hasta convertirse en cardenal de Buenos Aires en 2001. Lo que nunca cambió a lo largo de su carrera fue su preocupación por los más pobres y su humildad.
Un papa distinto. “Lo único que cambió de Buenos Aires a Roma fue la sonrisa y ser un poco más extrovertido. En lo demás es el mismo Jorge Bergoglio, austero y sencillo”, cuenta Sergio Rubin, periodista y biógrafo del papa. Francisco no solo ha roto protocolos en sus viajes por el mundo en lo que va de su pontificado ha mostrado que la iglesia puede ser más abierta. Permitió que se perdone el aborto, evitó juzgar a los homosexuales y no considera correcto que se trate como excomulgados a quienes optaron por el divorcio.
“La iglesia sabe bien que esta situación contradice el sacramento cristiano [del matrimonio], pero con corazón de madre, busca el bien y la salvación de todos”, dijo en una de sus homilías en El Vaticano en el 2015. El papa Francisco solo pide de sus feligreses que se entreguen a Dios en la oración y que nunca se olviden de rezar por él.

