El trágico fin de una madre que se opuso a la relación de su hija con un narco

El 14 de noviembre de 2014, Serafina López, fue asesinada de un tiro en la cabeza mientras dormía en su casa. Los detalles detrás de este crimen revelan una historia de violencia, abuso de menores, engaño y parricidio.

Mientras dormía. López fue asesinada mientras dormía por unos sicarios menores de edad por encargo de un narco de 28 años llamado Cosme Báez que tenía una relación con la hija de 11 años de la inmigrante paraguaya.

Se opuso a la relación. Serafina López tenía 33 años y vivía con sus dos hijas, de 11 y 16 años, en la desfavorecida Villa 31, en la capital argentina, y se oponía a la relación entre su hija menor y el narco, quien ya está actualmente encarcelado.

Denuncia por violación. López denunció primero a Báez por la desaparición de su hija menor y luego por violación en 2014 al ahora detenido, después de descubrir que tenía una relación con su hija menor y que se escapaba del colegio para citarse con el acusado.

Venganza. Tras varias amenazas por parte de Báez para que retirara las denuncias, este mandó supuestamente a dos sicarios, también menores, a que la mataran durante la noche del 14 de noviembre de 2014, según la investigación. Un mes después del asesinato, la policía detuvo en un barrio de la capital de Argentina a Báez y a la menor, que se habían escapado juntos.

Cargos. Además de los cargos de homicidio y violación de menor por los que Cosme Báez está en prisión desde diciembre de 2014, se enfrenta a un pedido de captura en Paraguay por homicidio, un requerimiento de extradición en Argentina, y a posible tráfico de drogas en Buenos Aires.

Cómplice. Las dos hijas de la víctima fueron detenidas como cómplices del crimen, aunque solo la mayor -que ya ha cumplido los 18 años de edad-, será juzgada por el Tribunal número 3 de Buenos Aires, que se encarga de delitos con menores implicados y será el que condene o no a todos los implicados en el caso. La hija menor fue puesta en libertad por inimputabilidad, ya que tenía 11 años en el momento del crimen y no se le considera "consciente" de lo ocurrido.