Entre otros síntomas, los pacientes sufren dolor de cabeza frontal, postración severa, escalofríos, fiebre alta, conjuntivitis, sangrado de nariz, boca y tracto gastrointestinal. También pueden experimentar presión arterial anormalmente baja y recuentos bajos de plaquetas, glóbulos rojos y glóbulos blancos.
En las últimas semanas, la India ha confirmado varias muertes atribuidas a la enfermedad del bosque de Kyasanur (KFD, por sus siglas en inglés), comúnmente conocida como “fiebre del mono”. Se trata de una infección viral grave, transmitida por garrapatas y endémica de los Ghats occidentales, cadena montañosa situada en el sur de la India.
Entre otros síntomas, los pacientes sufren dolor de cabeza frontal, postración severa, escalofríos, fiebre alta, conjuntivitis, sangrado de nariz, boca y tracto gastrointestinal. También pueden experimentar presión arterial anormalmente baja y recuentos bajos de plaquetas, glóbulos rojos y glóbulos blancos.
Hasta un 15 % de mortalidad
El período de incubación del virus de la KFD (KFDV) se prolonga de tres a ocho días. Después de entre una y dos semanas de síntomas, algunos afectados se recuperan sin complicaciones. Sin embargo, en un subconjunto de personas (entre el 10 y el 20 %), la enfermedad es bifásica, es decir, produce una segunda ola de síntomas al comienzo de la tercera semana. Incluyen fiebre y signos de alteraciones neurológicas como dolor de cabeza intenso, trastornos mentales, temblores y déficit de visión.
El KFDV está clasificado como patógeno de nivel de bioseguridad 4 (BSL4), el más alto que existe. La tasa de mortalidad oscila entre el 3 y el 15 %.
La transmisión a humanos puede ocurrir por contacto con un animal infectado, principalmente un mono enfermo o recién muerto. No obstante, los principales vectores del KFDV son las garrapatas Haemaphysalis spinigera y Haemaphysalis turturis, que son endémicas del sur de la India y transmiten el virus a monos y a humanos.
Estos parásitos ingieren sangre de vertebrados durante distintas etapas de desarrollo, adquiriendo y transmitiendo el patógeno a diferentes hospedadores aviares y mamíferos. También pasa de garrapata a garrapata a través de la alimentación conjunta. Hay constancia de replicación asintomática del KFDV en la mayoría de los huéspedes aviares y mamíferos, incluidos aves, ganado vacuno y murciélagos, pero no se ha descrito transmisión de persona a persona.
Los animales grandes, como cabras, vacas y ovejas, pueden infectarse con el virus KFDV, pero desempeñan un papel limitado en la propagación de la enfermedad. Aunque estas especies proporcionan sangre a las garrapatas que actúan como vector del virus, la transmisión directa del patógeno desde los animales grandes a los humanos es extremadamente rara. Además, no hay evidencia de transmisión de enfermedades a través de la leche no pasteurizada de ninguno de estos animales.
Identificada por primera vez en 1957
La dolencia lleva el nombre de un área forestal ubicada en el distrito de Shimoga, en el estado indio de Karnataka, donde fue identificada por primera vez. En 1957, esta región informó de una avalancha de muertes del langur de cara negra (Presbytus entellus) y del mono capirote de cara roja (Macaca radiata). Esto coincidió con informes de afecciones febriles en humanos, lo que dio lugar a los términos coloquiales de “enfermedad de los monos” o “fiebre del mono”.
Uno de los primeros casos de KFD fue descrito en un joven que trepó a un árbol para recolectar lo que el pensaba que era miel de una colmena de abejas. Sin embargo, resultó ser un mono muerto, colgado de una rama y con moscas por todas partes. Es muy probable que el cadáver tuviera garrapatas infectadas.
Entre 2003 y 2012 fueron notificados un total de 3 263 casos humanos en Karnataka, con 823 casos y 28 muertes confirmadas. Desde 2012, la enfermedad del bosque de Kyasanur se ha extendido a nuevos distritos y estados de la India, y la incidencia en personas han aumentado hasta alrededor de 500 casos cada año.
Los brotes humanos más importantes de la enfermedad se produjeron en los años 1957-1958 (681 casos), 1983-1984 (2 589 casos), 2002-2003 (1 562 casos) y 2016-2017 (809 casos). La migración de monos podría ampliar la distribución geográfica del virus KFDV, pues las garrapatas infectadas cruzan las fronteras estatales a través de áreas naturales conectadas.
Una vacuna poco eficaz
No existe cura para esta patología. En el pasado, la India ha utilizado una vacuna de virus completo inactivado para prevenir las infecciones. Sin embargo, incluso con múltiples dosis de refuerzo, los vacunados aún desarrollan viremia y enfermedad clínica después de la infección por KFDV, lo que demuestra una eficacia limitada.
La prevención, la detección temprana, la atención de apoyo y el manejo de los síntomas son las respuestas principales para reducir los efectos de la enfermedad causada por este virus. Sin embargo, los factores de riesgo asociados como la conciencia limitada sobre la enfermedad, la degradación y uso humano de los bosques y los diagnósticos y vigilancia deficientes son obstáculos importantes.
Al parecer, la deforestación es una de las principales razones de la transmisión de la enfermedad del bosque de Kyasanur. Por desgracia, se ha producido una inmensa pérdida de cubierta forestal en las cadenas montañosas de los Ghats occidentales, donde el virus está distribuido geográficamente, debido a la intensificación agrícola y al aumento de las actividades humanas. Esto ha incrementado el riesgo de aparición de enfermedades en nuevas zonas.
La amenaza creciente de las garrapatas
La enfermedad del bosque de Kyasanur es un ejemplo evidente de la creciente amenaza que suponen las zoonosis emergentes transmitidas por garrapatas. Los expertos esperan que aumenten a nivel global y que afecten desproporcionadamente a los grupos sociales pobres y marginados.
Además de la enfermedad del bosque de Kyasanur, algunas de las afecciones transmitidas por garrapatas más comunes son: la enfermedad de Lyme, la babesiosis, la ehrlichiosis, la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la anaplasmosis, la rickettsiosis, la erupción cutánea asociada a garrapatas del sur, la fiebre recurrente transmitida por garrapatas, la enfermedad de Powassan, la infección por el virus Bourbon y la tularemia.
Es urgente adoptar el enfoque Una sola salud para prevenir y controlar estas enfermedades emergentes, que afectarán cada vez más a poblaciones de ingresos bajos y medios.
El creciente impacto de las garrapatas en la salud pública invita a tomar medidas de protección individual. Cuando estemos en zonas donde podamos encontrarnos con estos ectoparásitos, las formas más efectivas de evitar sus picaduras incluyen usar pantalones largos y camisas de manga larga, y aplicar repelentes en la piel y la ropa. La piel debe revisarse periódicamente en busca de garrapatas adheridas, que hay que eliminar lo antes posible.
Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología., Universidad de Salamanca
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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