Conoce el perfil del mandatario colombiano que fue reconocido con el Premio Nobel por sus esfuerzos en terminar la guerra con las FARC.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, galardonado este viernes con el Premio Nobel de la Paz, vio recompensados sus esfuerzos en búsqueda de la paz, pese al resultado del referéndum del 2 de octubre, cuando el pueblo votó en contra del acuerdo con la guerrilla de las FARC.
Cuna de oro. Nacido el 10 de agosto de 1951 en el seno de una aristocrática familia bogotana, Santos conoce el poder desde la cuna como quiera que un tío-abuelo suyo, el liberal Eduardo Santos, fue presidente de Colombia en el periodo 1938-1942. Su familia fue durante décadas propietaria de El Tiempo, el diario más influyente del país, donde comenzó su actividad como periodista y que alternó con una larga carrera en la administración pública coronada en 2010, cunado llegó a la Presidencia, siendo reelegido en 2014 para un segundo periodo que culminará en 2018.
De la guerra a la paz. "La historia nos mira. No nos perdonará si no intentamos acabar de una vez por todas con este desangre inútil", manifestó en la inauguración de las sesiones del Congreso Nacional el 20 de julio de 2013, cuando la negociación con las FARC en Cuba ya llevaba ocho meses de los 45 que finalmente duró. Pero la paz, "el bien supremo de toda sociedad", según ha dicho numerosas veces, no fue siempre su prioridad porque también subraya que "nadie le ha dado más duro a las FARC que este servidor", refiriéndose a su gestión como ministro de Defensa (2006-2009), en la segunda Presidencia de Álvaro Uribe, y luego como jefe de Estado.
En sus cuentas está que, como ministro o como presidente, tuvo que ver con operaciones en las que murieron los que en su momento eran el número uno de las FARC, alias "Alfonso Cano" (2011); el número dos, alias "Raúl Reyes" (2008); el considerado jefe militar de esa guerrilla, alias "Mono Jojoy" (2010), así como 63 cabecillas de frentes rebeldes. Por eso, después de debilitar con golpes militares a las FARC, una guerrilla cuyos jefes parecían invulnerables hasta 2008, Santos consideró llegado el momento de plantear la negociación. Esa "osadía" provocó la ruptura con Uribe, que lo había ungido como su candidato presidencial en 2010, y con un sector importante de la sociedad que no le perdona que haya cambiado el fusil por el ramo de olivo y lo acusa de "entregar el país a la FARC".
Inmortalizado. Santos, que tiene una fuerte identificación con los militares por su juventud fue miembro de la Armada Nacional, ignoró las críticas y con la habilidad de jugador de póquer que le atribuyen quienes lo conocen de cerca, sacó adelante el acuerdo porque está seguro de que "nuestro puerto de destino es la paz", según dijo. A los 65 años y en su segundo mandato, este economista y periodista bogotano se aseguró un lugar en la historia porque ha conseguido firmar una paz que sus antecesores en la Presidencia también buscaron desde la década del 80, pero les fue esquiva.
(Con información de EFE)
Comparte esta noticia