Las facultades para actuar de forma independiente del presidente estadounidense son muy relativas, explican algunos expertos.
Este martes 8 de noviembre, Estados Unidos elegirá entre Donald Trump y Hillary Clinton a su presidente para que los gobierne los próximos cuatro años. Cualquiera que sea el resultado, el ganador tendrá una enorme responsabilidad, no solo por llevar adelante a una nación, sino porque este país está considerado una potencia mundial. Pero, ¿realmente el mandatario de EE.UU. es la persona más poderosa del planeta? BBC consultó con varios expertos para responder a esta interrogante.
Daniel Drezner, profesor de política internacional en la Universidad Tufts y miembro no residente de Brookings Institution, asegura que el próximo jefe de Estado posee más poder que otro individuo en el planeta, al tener el comando de uno de los mayores arsenales nucleares del mundo y puede decidir sobre ellos.
Para otros analistas internacionales se ha sobrevalorado el poder que tiene un presidente estadounidense y más bien está limitado ya que muchas de sus decisiones están enmarcadas por la Constitución y la ley. La BBC cita como ejemplo la firma de nuevos acuerdos comerciales o una declaración de guerra por parte de Washington requieren una autorización del Congreso. Obama usó su política exterior eludiendo al Capitolio para normalizar las relaciones con Cuba, pero no logró que el Parlamento levante el embargo a la isla.

EE.UU. en tercer lugar. La revista Forbes en su lista de las personas más poderosas del mundo del año 2015, ubicó en el primer lugar al presidente ruso Vladimir Putin por su “capacidad de hacer lo que quiera y salirse con la suya”. El segundo puesto fue para la canciller alemana, Angela Merkel, por considerarla "la columna vertebral de la Unión Europea". Y recién en la ubicación tres aparece el mandatario Barack Obama.
El propio candidato republicano, Donald Trump, señaló que el mandatario de Rusia, Vladimir Putin, es mejor líder que Barack Obama.
"Los presidentes de Estados Unidos son poderosos pero no son todopoderosos: no son capaces de cambiar la cultura política de Estados Unidos", dice Randall Kennedy, un profesor de derecho en la Universidad de Harvard.


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