Buscar
RPP Noticias
Estás escuchando En vivo
 
00:00 / 00:00
Lima
89.7 FM /730 AM
Arequipa
102.3 FM / 1170 AM
Chiclayo
96.7 FM / 870 AM
Huancayo
97.3 FM / 1140 AM
Trujillo
90.9 FM / 790 AM
Piura
103.3 FM / 920 AM
Cusco
93.3 FM
Cajamarca
100.7 FM / 1130 AM
La informacion mas relevante de la actuaidad al momento
Actualizado hace 0 minutos
RPP Data
Urgen medidas para reducir los accidentes de tránsito en carretera
EP 192 • 03:10
Informes RPP
Mateo Castañada: El abogado de Dina Boluarte implicado en el caso Los Waykis en la sombra
EP 1131 • 06:30
Espacio Vital
¿Los ruidos causados por el tráfico automotor pueden causar enfermedades del corazón?
EP 373 • 07:09

Murió a los 95 años el sastre de los presidentes de Estados Unidos

Martin Greenfield también confeccionó ropa para películas, espectáculos de Broadway y de televisión.
Martin Greenfield también confeccionó ropa para películas, espectáculos de Broadway y de televisión. | Fuente: Instagram / @greenfieldsuits

Martin Greenfield vistió a presidentes como Bill Clinton, Barack Obama o Donald Trump, y a artistas como Leonardo di Caprio y Frank Sinatra.

Martin Greenfield, el sastre que aprendió a coser en un campo de concentración, y que vistió a presidentes como Bill Clinton, Barack Obama o Donald Trump, y a artistas como Leonardo di Caprio y Frank Sinatra, falleció a los 95 años, informaron sus hijos en su cuenta de Instagram.

"Martin falleció confortablemente el 20 de marzo de 2024", reza el mensaje firmado por Jay, Tod y David, en la red social en el que recuerdan que "sobrevivió a las atrocidades del Holocausto con su humanidad intacta, viviendo su vida encantado de conocer a todos los que encontraba con su contagiosa sonrisa".

Vistió a seis presidentes, entre ellos, Dwight Eisenhower, Bill Clinton, Barack Obama, Donald Trump, Joe Biden, al gánster Meyer Lansky, a artistas como Leonardo DiCaprio, Paul Newman, Martin Scorsese, Denzel Washington o Michael Jackson. Confeccionó ropa para películas, espectáculos de Broadway y de televisión.

"Un traje transforma a un hombre en una figura de autoridad, lo reviste de poder y le confiere un aura de seriedad y respetabilidad", reza el mensaje de su cuenta X (antes Twitter) donde la última entrada se remonta a mayo de 2017 en la que aseguraba que las "vacaciones fueron excelentes, pero es hora de empezar a confeccionar trajes de nuevo".

Internado en el campo de exterminio de Auschwitz, antes de ser trasladado a Buchenwald, de donde fue liberado por el ejército estadounidense en 1945, el joven preso le lavaba la ropa a los guardias nazis hasta que un día le rompió a uno el cuello de una camisa.

Después de azotarle, le devolvió la prenda. Un compañero le enseñó a coser y logró repararla.

Había empezado una profesión que no solo le salvó la vida en el campo, sino que se convirtió en su pasión para el resto de su larga vida.

"El primer día que llevé esa camisa, aprendí que la ropa tiene poder", contó siete décadas más tarde Greenfield, citado por el New York Times.

Su llegada a Estados Unidos

Emigró a Estados Unidos en 1947, cuando tenía 19 años, solo -sus padres y tres hermanos habían muerto en el campo- y con 10 dólares en el bolsillo. Lo primero que hizo fue cambiarse su nombre de nacimiento, Maximilian Gründfeld, por el de Martin Greenfield.

Aprendió inglés en clases nocturnas y adquirió la nacionalidad estadounidense al mismo tiempo que trabajaba como mozo de planta en la fábrica de ropa GGG, donde a lo largo de 30 años escaló puestos hasta llegar a ser jefe de producción.

En 1977, el propietario decidió cerrar la fábrica arrastrado por la entonces incipiente crisis del textil.

Greenfield la compró y fundó Martin Greenfield Clothiers, convirtiéndola en lugar insoslayable para presidentes, políticos, actores, deportistas y gente con dinero para quien la ropa de buen corte es el poder que el sastre tanto preconizó a lo largo de su vida.

Con medio centenar de empleados altamente especializados, actualmente, es el único taller de confección sindicalizado que sobrevive en Nueva York y que dirigen sus hijos Jay y Tod.

El padre nunca quiso hacer envíos al extranjero y se negó a cambiar los estándares de calidad, contaron sus hijos al New York Times.

En una ciudad abrumada por la llegada más de 180 000 inmigrantes en los últimos dos años, la historia de este superviviente del Holocausto representa un ejemplo de lo que ha aportado la inmigración a la Gran Manzana. (AFP)

Te recomendamos

Tags

Lo último en Estados Unidos

Lo más leído

Suscribirte al boletín de tus noticias preferidas

Suscríbete a nuestros boletines y actualiza tus preferencias

Buzon
Al suscribirte, aceptas nuestras políticas de privacidad

Contenido promocionado

Taboola
SIGUIENTE NOTA