Según los fiscales, Zapata aparentó varias veces ser funcionaria pública para sostener reuniones con empresarios y hacer tratos ilegales.
Un tribunal anticorrupción de Bolivia condenó este martes a Gabriela Zapata, expareja del presidente Evo Morales, a 10 años de prisión por seis delitos económicos. El Gobierno la acusó de hacer tratos ilegales cuando era funcionaria de una oficina del Estado y empresarios.
Zapata fue condenada por los delitos de legitimación de ganancias ilícitas, asociación delictiva, falsedad ideológica, uso de instrumento falsificado, contribución y ventajas ilegitimas, y uso indebido de bienes y servicios públicos.
El caso. Los fiscales Daniel Ayala y Juan Carlos Soria probaron el delito de legitimación de ganancias ilícitas. La Fiscalía dijo una prueba son “los millonarios depósitos en las cuentas de Zapata y los pagos en efectivo que realizó la acusada para comprar bienes inmuebles, autos y empresas, entre otras propiedades".
Según los fiscales, Zapata aparentó varias veces ser funcionaria de la Unidad de Gestión Social del Gobierno donde tenía reuniones con empresarios. La expareja de Morales, entre 2005 y 2007, fue acusada por el Gobierno de usar esa oficina para hacer tratos ilegales. Las autoridades señalaron que los altos cargos del Ministerio de la Presidencia nunca se enteraron de las negociaciones de Zapata.
Desbalance. Durante la investigación, los fiscales dijeron que Zapata no pudo explicar la procedencia de dos millones de dólares en sus cuentas. Esa suma de dinero no se correspondía con el salario que percibía como gerente comercial de una filial de la constructora china Camce.
Al inicio, la oposición denunció un supuesto tráfico de influencias vinculado al presidente Morales, pero él siempre ha rechazado la acusación. El Parlamento, controlado por su partido, concluyó en una investigación que ese delito no existió.
Otro proceso. Gabriela Zapata está también imputada en otro proceso por trata de personas. En el 2016, se presentó ante un juzgado con un niño aparentando como si fuera hijo suyo y del mandatario Morales. Ella debía que nació en 2007.
Sin embargo, la mujer luego se retractó de esas afirmaciones. Afirmó que el supuesto hijo en realidad nunca nació, pese a que muchas veces había sostenido enfáticamente lo contrario. (EFE)
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