Unas 10 personas que llegaron en motos, en autos y a pie lanzaron ráfagas de disparos contra la fiscalía y otros edificios.
La Riviera Maya se vio sacudida nuevamente este martes con un ataque a balazos contra la fiscalía que dejó un policía estatal y tres atacantes muertos, un día después de que cinco personas murieran en un tiroteo en un bar en la vecina Playa del Carmen.
La balacera fue iniciada por al menos 10 sujetos contra un edificio de la fiscalía de Quintana Roo, ubicado en el balneario de Cancún. El ataque fue repelido por efectivos del contiguo centro de operaciones de la policía. El gobernador Carlos Joaquín González informó que otros cinco atacantes fueron detenidos.
Se activó el código rojo. El tiroteo causó pánico en la ciudad costeña del Caribe mexicano, una región que es popular entre turistas norteamericanos y europeos y que había contenido la violencia generada por el narcotráfico en otros puntos del país. El edificio de la fiscalía se encuentra a unos 7 km de la zona hotelera de Cancún.
El secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo, Rodolfo del Ángel, informó que durante el ataque "se activó el código rojo", que consiste en un protocolo de seguridad en el que participan las fuerzas castrenses, las policías federal y estatal, así como el servicio de inteligencia mexicano.
Medios locales reportaron que en los accesos a la zona hotelera, integrada por varias cadenas de alta gama, se instalaron unos tres retenes. La embajada de Estados Unidos pidió a sus ciudadanos seguir las instrucciones de las autoridades "antes de salir" de sus hoteles. "Solicitamos calma a la población", dijo en Twitter Remberto Estrada, alcalde del municipio de Benito Juárez, al que pertenece Cancún.
Ráfagas de balas y caos. En fotografías tomadas por las agencias de noticias se observa a militares y policías resguardando la fiscalía de Quintana Roo, y en videos difundidos por la cadena Televisa se escuchan ráfagas de balas.
Ante la situación de emergencia los trabajadores del Palacio Municipal fueron evacuados por seguridad. Sandra Ramírez, una empleada doméstica de 33 años que vive cerca de la fiscalía dijo que desde su casa alcanzó a escuchar "balazos" y "explosiones". Cuando notó que "muchos comercios" cerraron y que las calles se habían vaciado, decidió posponer sus actividades fuera de su hogar. "Habían pasado cosas, que aparecía un muerto por aquí o allá, pero nunca nada como esto", dijo a la agencia AFP.
El gerente de una tienda de la Plaza las Américas, la mayor de la ciudad, relató que escuchó disparos en el interior del centro comercial, situado donde inicia la zona hotelera, por lo que la gente empezó a buscar refugio dentro del resto de los establecimientos que comenzaron a bajaron sus cortinas. "Después vinieron militares que acordonaron la zona y se empezó a desalojar a la gente. Nos explicó que los disparos fueron parte de una persecución" de alguno de los atacantes a la fiscalía.
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