El hombre, un jugador de rugby, aceptó este reto durante una noche de fiesta en Australia. Los efectos comenzaron a sentirse poco después, pero su muerte se dio años después.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera). Un joven jugador de rugby de Sydney, en Australia, aceptó el reto de comerse una babosa en una noche de juerga. Más allá de lo desagradable de degustar semejante manjar, este desafío tuvo consecuencias tan inusuales como trágicas: ocho años más tarde, el deportista murió la semana pasada, después de una lenta convalecencia.
Según un artículo publicado en The Washington Post, al tragar la babosa, Ballard contrajo un gusano pulmonar de rata, un gusano parásito (Angiostrongylus cantonensis) que vive en roedores y se puede transmitir a caracoles y babosas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Esos gasterópodos pueden transmitir el gusano a los humanos. De acuerdo con News.com.au, el parásito infestó el cerebro de Ballard dejándolo en coma durante más de un año y luego paralizándolo, para acabar con su vida un tiempo después. Durante años, sufrió convulsiones, se vio obligado a comer y respirar a través de tubos y requirió atención constante, según el Daily Telegraph.
Ballard comenzó a sentir un dolor severo en sus piernas a los pocos días de haberse comido la babosa, de acuerdo a Sunday Project, aunque su entorno descartara en un principio que tuviera algo que ver. Pero según el Ministerio de Salud de Nueva Gales del Sur (Australia), muy raramente, el gusano pulmonar de rata causa una infección del cerebro llamada meningo-encefalitis eosinofílica.
Las personas con esta afección pueden tener dolores de cabeza, rigidez en el cuello, hormigueo o dolor en la piel, fiebre, náuseas y vómitos. La mayoría de las personas que lo contraen no experimentan ningún síntoma y cuando lo hacen, estos suelen ser temporales y leves, afirman. La enfermedad suele aparecer de 1 a 3 semanas después de comer el animal, y animan a cualquier persona con estos síntomas a acudir al médico.
De las ratas a las babosas
El gusano parasitario Angiostrongylus cantonensis vive dentro de los pulmones de los roedores. Como explican los CDC en el siguiente video, una rata podría toser los gusanos, luego tragarlos y más tarde excretarlos. Los caracoles o babosas pueden infectarse al comer las heces de la rata, según los CDC, y las personas pueden infectarse al comer los caracoles o babosas.
Como informan los CDC, las personas también pueden infectarse por accidente al comer productos crudos (como la lechuga) que contienen un pequeño caracol o babosa o parte de uno. Se ha encontrado que ciertos animales, como los camarones, cangrejos o ranas de agua dulce, están infectados con larvas del parásito, pero según el medio estadounidense, los peces no propagan este parásito.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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