El objetivo de Putin es ganar como sea puntos ante el presidente de EE. UU., Donald Trump, de cara a un arreglo en Ucrania beneficioso para los intereses del Kremlin, que aún busca la capitulación de su enemigo.
El presidente ruso, Vladímir Putin, quiere pasar de la noche a la mañana de ser el unánimemente considerado por Occidente agresor en Ucrania al pacificador en el conflicto entre Irán e Israel.
"Rusia mantiene su disposición a ofrecer, en caso de necesidad, sus servicios de mediación", dijo hoy Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Rusia es aliado estratégico de Irán y, al mismo tiempo, siempre ha mantenido una relación pragmática con Israel, que negó recientemente haber suministrado baterías antiaéreas Patriot o Barak a Ucrania.
El objetivo de Putin es ganar como sea puntos ante el presidente de EE. UU., Donald Trump, de cara a un arreglo en Ucrania beneficioso para los intereses del Kremlin, que aún busca la capitulación de su enemigo.
Pacificador al servicio de Trump
Putin ofreció a Trump sus servicios en la conversación telefónica que ambos mantuvieron el 4 de junio y volvió a insistir en ello este fin de semana.
Así lo explicó el asesor internacional del Kremlin, Yuri Ushakov, que utilizó la expresión "posibles esfuerzos mediadores", al tiempo que recordó que Putin condenó firmemente los bombardeos israelíes contra su aliado y abogó por una solución "político-diplomática" para el problema nuclear iraní.
Rusia propuso en las últimas semanas "pasos concretos" para alcanzar un acuerdo “mutuamente aceptable” como la retirada del uranio altamente enriquecido iraní y su reconversión en combustible para reactores civiles.
Peskov insistió hoy, lunes, en que dicha propuesta sigue sobre la mesa, aunque EE.UU. exige la retirada de todo el uranio y Teherán remite a los límites incluidos en el acuerdo nuclear de 2015.
En respuesta, Trump se mostró "abierto" a que su colega ruso allane el camino para un acuerdo sobre el programa nuclear iraní que ponga fin al actual conflicto.
En una frenética actividad diplomática, Putin también ofreció sus servicios a los líderes iraní, Masoud Pezeshkian, e israelí, Benjamín Netanyahu, a los que llamó el mismo 13 de junio, para evitar una “escalada” en Oriente Medio.
Pescar en río revuelto
Los analistas interpretan la actitud de Putin como un claro intento de pescar en río revuelto, ya que cualquier conflicto puede desviar la atención de lo que está ocurriendo en Ucrania.
De hecho, Estados Unidos no parece muy dispuesto a aprobar sanciones económicas esta semana contra Moscú en la reunión del G7 y tampoco a aprobar nuevos suministros de armamento para Kiev en la próxima cumbre de la OTAN.
El Kremlin condena la agresión israelí, pero la prensa independiente rusa destaca que Putin no ha hecho nada para ayudar a la república islámica, el país cuyos suministros de drones fueron vitales en los primeros dos años de guerra en Ucrania.
El caso es que el acuerdo de asociación estratégica suscrito en enero pasado por Putin y Pezeshkian no contempla la asistencia militar en caso de agresión, al contrario del firmado en 2024 por Rusia y Corea del Norte.
Además, Rusia ha logrado poner en marcha su propia producción de drones iraníes Shahed en la república de Tatarstán, planta que fue atacada el fin de semana por los drones ucranianos.
Mediar en Irán, guerrear en Ucrania
Aparentemente, el objetivo final es continuar la campaña militar en Ucrania, donde los rusos han logrado lentos pero importantes avances en el Donbás y también en la creación de una franja de seguridad en las regiones de Járkov y Sumi.
Igual que Israel ve en Irán una amenaza directa para su soberanía, Rusia quiere que la comunidad internacional entienda que ella también considera que Ucrania es un problema para su seguridad estratégica.
Washington también ha contribuido a la causa, ya que la pasada semana el secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció una reducción de la asistencia militar a Ucrania en el próximo presupuesto, aduciendo que la prioridad debe ser el ejército estadounidense.
"Esta administración tiene una visión muy diferente de ese conflicto. Creemos que un arreglo negociado y pacífico va en el mejor interés de ambas partes y de nuestra nación", dijo ante el Congreso estadounidense.
Además, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ya denunció recientemente que Washington enviará a Oriente Medio los 20.000 misiles que debía suministrar a Kiev en virtud de un acuerdo alcanzado con la Administración de Joe Biden.
El conflicto en Oriente Medio también ha servido para contrarrestar, aunque sea provisionalmente, los planes europeos de reducir el tope del precio del petróleo ruso de 60 a 45 dólares.
El Kremlin quitó hierro a los planes de la Unión Europea, pero la economía rusa agradecerá que el barril de Brent haya subido de 63 a 75 dólares en unos pocos días.
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