La cantante Flor Milenita, dwin Montoya, Los Tucos de Cajamarca, Azucena Kantarina, Juan de Dios Rojas, Luis Abanto Jr., y Pepito Quechua, entre otros, cantarán para él.
Ramiro Fernández Bringas es uno de los mejores músicos peruanos. Nacido en Cajamarca, de los violinistas que tenemos, es uno de los más virtuosos. Integró los conjuntos Sol del Perú y Atusparia y participó en las producciones discográficas “El Sentir Serrano” de Rafael Amaranto junto a notables músicos como Guillermo Villacorta y Serapio Barrientos.
El programa radial “Añoranzas Cajamarquinas”, que conduce diariamente Eliseo Silva Zamora, hace unos días rindió honores al maestro Ramiro Fernández por su gran trayectoria. En la reunión participaron el concertista de arpa Luciano Quispe y la joven soprano Lilian Cornelio “Katun Killa”.
Para dar a conocer el talento de don Ramiro, valioso músico y compositor conocido como “Chumán”, la cantante Flor Milenita presentará un almuerzo espectáculo el domingo 24 de julio, a partir de la 1 p.m., en La casa de Cajamarca, Jr. Moquegua 363, Lima.
Se tiene confirmada también la participación de Edwin Montoya, Los Tucos de Cajamarca, Azucena Kantarina, Juan de Dios Rojas, Luis Abanto Jr., Pepito Quechua, el Trío Arequipa y el conjunto Perú Andino de Francisco Huamán, entre otros. Almuerzo y espectáculo S/.30, informes en el teléfono 798-4000.
Hace algunos años Ramiro Fernández enviudó y se fue a radicar a Estados Unidos. A comienzos del siglo pasado su padre hizo amistad con un montonero apellidado Chumán, al que por haberse enfrentado a los gamonales y terratenientes abusivos le compuso la canción con ese título. Fue tan popular el tema y quedó como nombre artístico que el maestro Ramiro heredó.
Autor de la obra musical “Lamentos de Atahualpa”, Fernández Bringas fue uno de los primeros guitarristas que grabó con Luis Abanto Morales pero por una dolencia tuvo que dejar de ejecutar la guitarra y se hizo muy virtuoso con el violín.
Además de música peruana ofrece música internacional con maestría. Las difíciles obras de interpretar Czardas, de Vittorio Monti, y el tango La Cumparsita, por ejemplo, las ofrece con elevada calidad.
Se espera que sus testimonios, como el origen de la canción La Matarina, relacionada a las actividades de las campesinas apañadoras de un pueblo de Cajamarca, o la predominancia de la ccachua como forma musical de los pueblos de esa región, sean mejor difundidos.
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