Para la artista mexicana hay un antes y un después del nacimiento de su hija Simona.
Para Julieta Venegas, hubo un antes y un después del nacimiento de su hija en su forma de componer y de ver la vida. "Deprimida" por la situación de su país y con el radar de sus preocupaciones más abierto que nunca, la mexicana vuelve con un disco "más reflexivo" y lleno de "anhelos", con toque electropop.
"Cuando tienes un hijo no ves la vida con más ligereza, sino que ves más y te preocupas por otras cosas distintas. Cambia el centro de gravedad", ha declarado en una entrevista con Efe ante el lanzamiento el 19 de marzo de "Los momentos" (Sony Music) y el convencimiento de que "ya no podría escribir las canciones que escribía antes de que estuviese Simona".
"Tengo que ser más organizada. Dependo de otra persona, porque necesito que esté tranquila y feliz y, cuando la veo así, puedo escribir", reconoce Venegas, que en este disco presenta once canciones nuevas sin un hilo argumental común, pero muy influidas por los acontecimientos externos.
Dice que pese a su carácter nervioso -que se manifiesta en su rauda forma de hablar-, la maternidad le ha hecho perder la sensación "de urgencia" y que busca la tranquilidad, "no dramatizar y "buscar la salida de las cosas, mirando siempre para adelante".
En lo musical, sus temas adquieren un nuevo tinte sintético, con más sintetizadores, en un intento por "contrastar" y dejar atrás el acordeón -"ya lo tengo muy conocido", dice- y los sonidos acústicos de sus dos producciones previas, "MTV Unplugged" (2008) y "Otra cosa" (2010).
"Para mí es un disco de cantautora, no estoy intentado ser diva del electropop. Lo importante es el contenido", precisa ella, que ha colaborado en este sexto álbum de estudio con el joven Yamil Rezc, un productor mexicano procedente del sector más independiente.
EFE
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