Su rostro apareció en un tráiler con Brad Pitt, en el cuadrilátero de la WWE, en un video con "Los Simpson"... Bad Bunny cumple 28 años este jueves, convertido en un ícono global.
Si esto fuera la ‘biopic’ del ascenso de un ídolo, probablemente empezaría en el 2016, en un supermercado de San Juan de Puerto Rico donde Benito Antonio Martínez Ocasio, entonces un muchacho de 22 años, embolsaba las compras de los clientes. ¿Quién iba a decir entonces —locutaría una voz en off— que este joven se convertiría a lo largo de apenas seis años en un ícono de la cultura pop bajo el nombre artístico de Bad Bunny? La suya no parece una historia de caídas (que las hubo), porque con el artista puertorriqueño todo parece ir cuesta arriba.
Al cantante que hizo del trap un fenómeno global sin necesidad de los grandes sellos, le costaba hasta hace unos años ser consciente de su posición. “Sentía que era el chamaquito del supermercado”, dijo en 2020 al diario El País. Pero lo cierto es que, desde sus inicios en el 2017 hasta la fecha, poco queda del ‘trapero’ emergente que daba shows en discotecas del Perú a bajo precio. La figura del Conejo Malo traspasa las fronteras musicales, y hoy, con 28 años cumplidos este 10 de marzo, su rostro es casero de revistas, películas, series y cuadriláteros de wrestlemania. ¿A qué responde este boom del siglo XXI?
En parte a que su imagen recoge el espíritu de nuestra época. Según comentó el crítico musical Francisco Melgar Wong a RPP Noticias, el parteaguas que produjo la percepción que hoy tenemos de Bad Bunny surgió en el video musical de “Yo perreo sola”. “Empieza a deconstruir la imagen del reggaetonero como personaje machista y juega con los roles de género. Eso hace que se posicione como un músico urbano global con algo que decir, con una imagen que puede resonar en las sensibilidades de la juventud hoy en día”, opinó.
En un mundo donde el feminismo ha producido un cambio de paradigmas culturales, Bad Bunny vendría a reflejar una nueva masculinidad ajena a la del macho latino. “[Él] se recicló para una sensibilidad más contemporánea, más progresista”, sostuvo Melgar Wong. Y aunque el mismo cantante de “Callaíta” no se considera un artista “de mensaje social”, no tiene reparos en afirmar: “Se puede perrear, ser educado y respetuoso a la misma vez. Si ella no quiere bailar contigo, respeta. Ella perrea sola”, como lo hizo en los premios Billboard 2020.
Así, Bad Bunny no es un personaje que se muestre distante de los conflictos de su era, en palabras del crítico cultural Alonso Almenara. Por ejemplo, que en 2019 haya formado parte, junto a su colega Residente, de las protestas en Puerto Rico que exigían la dimisión de Ricardo Roselló, dice mucho de un artista que tiene la “audacia” de “comerse el pleito”, algo que no todas las estrellas pop se pueden permitir. “Eso le da una mayor dimensión. No es simplemente un músico que vende discos (…) Es una figura que se contrapone a alguien como J Balvin, que es puramente comercial y se muestra apolítico”, comparó.
Quizás por todo ello, Benito tenga tantos detractores. Como afirmó Almenara, él encarna un conflicto generacional entre una juventud abierta a abrazar mensajes más progresistas y unos adultos —probablemente rockeros— incapaces de conectar con ese discurso, que se proyecta ya sea en "su forma de vestir o su juego con la feminidad". "Es fácil de odiar, porque representa tantas cosas de los jóvenes que la generación de mayores de 35 años, por lo menos, no entiende", indicó.
Bad Bunny, más allá del trap
Musicalmente, el año en que Bad Bunny reinó fue el 2020. Caso curioso el suyo: mientras otras estrellas de la música urbana entraban en recesión creativa a causa de la pandemia, el puertorriqueño estrenaba tres discos significativos en su carrera. Las canciones de "YHLQMDLG", "Las que no iban a salir" y "El último tour del mundo" no dejaron de sonar en los hogares de quienes sintieron la nostalgia de una vida con perreo en discotecas. Sus temas acumularon millones de reproducciones en plataformas y llenaron de nominaciones y premios al artista, quien coronó la temporada al llevarse un Grammy.
"Hay canciones como 'Dákiti' en las que ya no escuchas un reggaetón puro y duro, sino mixes más electrónicos, un interés por explorar otros ritmos también. Así como Rosalía se liberó un poco de la tradición flamenca para convertirse en la estrella de pop global, él hace algo parecido con estos guiños a la cultura japonesa [en 'Yonaguni'] o mixes electrónicos. Es un momento muy especial, porque el pop actual tiene mucha influencia de la música urbana latinoamericana. Los artistas hispanoamericanos pueden intentar hacer un crossover al pop global sin sacrificar demasiado sus propias características", apuntó Melgar Wong.
Este nuevo panorama es fruto también de las transformaciones en la industria musical. Para el crítico, el mercado norteamericano, compuesto en buena parte por audiencias latinas, le abre más horizontes a estrellas de habla hispana. A ello se suma el auge de las plataformas digitales, que han conseguido que los viejos géneros que dominaban los circuitos tradicionales, como las radios, queden rezagados ante el avance de nuevos ritmos. "La sensibilidad del pop ha cambiado", explicó, como una consecuencia de este fenómeno. Y en esa ola, precisamente, Bad Bunny surfea con solvencia.
Talento de cine y televisión
Fue en el 2020, también, que Bad Bunny ocupó la portada de la influyente revista Rolling Stone y compartió escenario con Shakira en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl. Su aterrizaje en la televisión no demoró: al año siguiente pudimos verlo actuar en la tercera temporada de la serie "Narcos" y ser uno de los famosos personajes amarillos de "Los Simpson" en un video en el que ayuda a Homero a reconquistar a Marge con una canción. "Tiene una resonancia en otros ámbitos. A nivel mundial, ha logrado captar la imaginación de una juventud", dijo Almenara.
Más recientemente, irrumpió en el cine al compartir roles con Brad Pitt en la película "Bullet Train", cuyo tráiler ya está disponible en YouTube, y los fans de la lucha libre aplauden sus recurrentes peleas sobre el cuadrilátero de la WWE, donde entre llaves y golpes sigue alimentando la impresión general de que Bad Bunny está en todos lados. "No me sorprendería que publicara un libro de memorias o ese tipo de cosas", añadió el crítico cultural. Pero la idea ya es una realidad: su biografía fue recogida en una novela gráfica editada por TidalWave Comics, que lleva por título "FAME Bad Bunny".
Si lo latino se ha vuelto global, como señaló Melgar Wong, a sus 28 años Bad Bunny es uno de sus más altos referentes. Su aire de impredecible, según Almenara, le permite crear una interesante expectativa a su alrededor. Además, dialoga bien con un público que espera de su artista una constante reinvención. Su próxima gira por Latinoamérica, que incluye dos conciertos en Lima programados para el 13 y 14 de noviembre, y su próximo álbum —anunciado el pasado San Valentín— significarán la plena consolidación de su liderazgo en la cultura pop. El príncipe de la música urbana hace lo que le da la gana.
NUESTROS PODCASTS
EER 3x21 Todo lo que nos gustó (y no nos gustó tanto) de Spider-Man No Way Home
Y por fin llegó el día tan esperado. Vimos la nueva película del amigo Spidey y nos metimos la conversa de la vida, con las referencias y lo que nos pareció el cierre de la saga. Vamos así: Empezamos haciendo comentarios generales; en el minuto 15 hablamos del problema planteado para Peter Parker; desde el minuto 29 hablamos de los villanos (¡oh!, Willem, ¡oh! Alfred), para comentar la aparición de YA SABEN QUIÉNES desde el minuto 52; y ya luego hasta de las escenas post créditos rajamos. Menú completo para ti, que siempre nos escuchas. Ya se viene el final de temporada (o del podcast, quién sabe).
Comparte esta noticia