El colombiano ofreció el show más esperado por el Monstruo de La Quinta Vergara.
El cantante colombiano Maluma reventó hoy la penúltima noche de la 58ª edición del Festival de la Canción de Viña del Mar con un concierto en el que sus ritmos seductores desataron la locura entre un público eminentemente joven, acorde a la propuesta del nuevo referente del reguetón.
Ni un solo segundo se sentaron ni dejaron de bailar los 'millennials', esa generación que comprende a los nacidos entre finales de los ochenta y los dos mil, en un espectáculo que trascendió de la música para convertirse en un show de luces, humo y baile perfectamente sincronizado.

Y no sólo fue por el ambiente previo que había creado Maluma al anunciar que donaría íntegras las ganancias de esta noche a la reconstrucción de los daños que causaron los incendios que azotaron Chile hace tres semanas, sino que el colombiano se ganó ese trato de favor del público con el concierto más vistoso de esta edición del festival hasta la fecha.
Maluma devolvió a su audiencia una actuación en la que se convirtió en un terremoto en el escenario: cantó, bailó, rapeó, interactuó con los asistentes y su propia orquesta y hasta tuvo tiempo de sacarse una autofoto y cantarle el cumpleaños feliz a la presentadora de la gala, Carolina de Moras. No obstante, fue el más breve -poco más de una hora- de todos los cabezas de cartel que han desfilado hasta ahora por el escenario de Viña 2017. (EFE)
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