El baile es realizado por diez varones durante la fiesta de la Virgen de las Mercedes y se recrean situaciones de burla contra los españoles.
En escena diez danzarines vestidos con coloridos trajes y máscaras. El sonido de un violín y el arpa marcan cada uno de sus movimientos que fueron creados no solo para burlarse de los patrones españoles, sino también para venerar a su santa patrona, la Virgen de las Mercedes.
Así es la denominada danza paso huanquilla, la cual nació en el centro poblado de Qontsa Hirka, ubicado en el distrito de San Luis, capital de la provincia ancashina de Carlos Fermín Fitzcarral.
Sátira contra los conquistadores
Diógenes Alvarado Collens, presidente de la Asociación de San Luisinos residentes en la ciudad de Huaraz, refiere que la danza es una sátira contra los españoles. “Todo lo que el pueblo no podía expresar, lo decían a través del baile y burlándose del poderío que ostentaban de manera subliminal”, manifiesta.
Uno de los danzarines funge de caporal y lleva entre sus manos el broquel, es decir el bastón para inspirar temor y poder. Se desplaza siempre adelante, dirigiendo a los demás que se ubican en dos filas.
Durante el recorrido, el caporal hace retroceder a los bailarines y tras zapatear de espaldas, todos se abalanzan sobre él, haciéndole quedar en ridículo, pues dejan en claro que en realidad no era tan poderoso.
Esta recreación mediante el baile, se realiza todos los años una semana antes del día central de la celebración de la Virgen de Las Mercedes, que se conmemora el 24 de setiembre. Visten pantalón y capa azulina elaborado con tela satinada y diferentes adornos, entre ellos cascabeles que suenan al compás del arpa y el violín.
También lucen correa con detalles dorados, una camisa blanca, monterilla con adornos en lana de diferentes colores: lila, blanco, azulino y palo rosa, además de coloridas plumillas.
Además de la sátira, el paso huanquilla también fue creado para adorar a la Virgen de Las Mercedes. Es así que durante la procesión los bailarines colocan sus cintillos en la mano de la patrona y le dedican oraciones.
El antihuanquilla
Paralelo al baile de los varones surgió también el antihuanquilla, la danza de las mujeres. Durante la festividad, ellas visitan las casas del pueblo y bailan y cantan a las amas de casa, quienes luego les entregan ofrendas.
“Antes les daban alimentos o la tradicional chicha de jora, sin embargo ahora entregan cerveza”, cuenta Diógenes Alvarado, quien añade que las mujeres acompañan a los varones en la adoración a la Virgen.
Las diez mujeres llevan sus coloridos atuendos, alhajas, adornos elaborados con plumas de pavorreal y cintas de colores que cubren sus rostros.
Patrimonio Cultural de la Nación
El paso huanquilla es la tercera danza declarada Patrimonio Cultural de la Nación en la región Áncash, después de las pallas de la provincia de Corongo y el shacsha de la provincia de Huaraz.
La danza tuvo este reconocimiento en el año 2009 mediante la resolución N° 732 del entonces Instituto Nacional de Cultura (INC).
Según Diógenes Alvarado allá por el año 1920 los san luisinos ya bailaban esta danza que algunos decían que era para diferenciar las fases de la luna, sin embargo quedó establecido que era una mezcla de sátira y veneración a la Virgen de las Mercedes.
Los pobladores de Chacas, Piscobamba y Pomabamba también danzan el paso huanquilla.
Por: Yanet Reyes
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