Esta danza surge como recuerdo del sufrimiento de los esclavos negros de la hacienda de Yanamarca, conocida también como la danza de la negrería o la morenada.
La Pachahuara es una más de las danzas que tiene la región Junín para adorar al niño Jesús cada 25 de diciembre. Este baile típico es también conocido como la Danza de Esclavos de Navidad.
La fiesta se extiende en diversos lugares del Valle del Mantaro como Acolla (Jauja), Matahuasi (Concepción) y en el Valle de Yanamarca que se festeja hasta el 30 diciembre.
En Acolla toda la población se reúne para expresar su espíritu navideño, a través de la danza, que año tras año congregan a centenares de visitantes locales y extranjeros, así como acollinos que emigraron, regresan a su tierra con emoción a festejar el nacimiento de Cristo.
Pachahuara es una palabra en quechua donde Pacha significa tierra y Huara nuevo amanecer y que juntos quiere decir “el amanecer de la tierra", danza que daba alegría al esclavo tras conseguir la libertad.
Para este baile, los danzantes de la Pachahuara llevan puestos un terno elegante y colorido, sombrero de paja adornado con un penacho de plumas de colores, una máscara de charol color negro, cachimba, guantes de cuero de color negro, campanillas y paraguas que bailan a compás de una orquesta acollina con pasos ligeros, movimientos de brazos y dando saltos siempre al ritmo de la orquesta.
Esta danza surge como recuerdo del sufrimiento de los esclavos negros de la hacienda de Yanamarca, conocida también como la danza de la negrería o la morenada. Según el historiador Javier Vidal Pulgar su coreografía representa aspectos de la esclavitud “como la pasión es lenta y pausada”.
En el pueblo de Parco, Matahuasi los danzantes de la Pachahuara coinciden en concentrarse en la plaza principal de cada pueblo el 25 de diciembre para luego ingresar a las iglesias y ser partícipes de una misa en honor al nacimiento del niño Jesús, luego de culminar la ceremonia religiosa salen de la iglesia para iniciar el baile por todas las calles principales de los pueblos.
El día 30 de diciembre los bailarines realizan la ofrenda a los músicos, con frutas, panes, chicha en porongos, así como cigarrillos, coca y otras ofrendas, en gratitud por haberlos acompañado los 5 dias de fiesta en adoración al niño Jesús.
Así finaliza las fiestas por la Navidad en los diferentes pueblos del valle del Mantaro con religiosidad y coloridos bailes.
Por: Lizzet Paz
Lea más noticias de la región Junín
Comparte esta noticia