Un estudio señala que, entre el 2011 y 2015, el peruano ha cambiado sus prioridades: los hijos ya no son una necesidad importante y, por lo tanto, se posterga tenerlos.
El peruano ha girado a una visión menos colectivista en los últimos cuatro años; según un estudio del Instituto Integración y de la investigadora B y P Bienestar y Productividad, la satisfacción con la vida se aleja de la comunicación con los demás y del vínculo con amigos y familiares. En el 2011, los resultados de una investigación de la PUCP mostraron a un peruano feliz más interesado en lo colectivo, en formar un hogar y tener hijos.
El peligro de la modernización
Esta nueva visión se encuentra arraigada en sociedades más desarrolladas. Allí, los factores negativos de la modernización (como el individualismo y el consumismo, entre otros) suelen afectar la felicidad de las personas, señala el investigador Jorge Yamamoto. Por ejemplo, los países con ingresos más altos presentan mayor depresión y más suicidios, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si Perú continúa esta tendencia, especialistas infieren que afectaría la felicidad y calidad de vida de los peruanos.
La evolución de la felicidad
El estudio señala que, entre el 2011 y 2015, el peruano ha cambiado sus prioridades: los hijos ya no son una necesidad importante y, por lo tanto, se posterga tenerlos. Además, el peruano disminuye su aprecio y disfrute de lo que tiene, probablemente relacionado a mayores expectativas de consumo por la bonanza económica.
Existe menos comunicación con la pareja y menos necesidad de recurrir a familiares y amigos. Por último, se mantiene la insatisfacción con el lugar donde se vive.
Sin embargo, como señala la investigadora Liuba Kogan, existiría un nuevo concepto de felicidad post materialista en las sociedades más desarrolladas. “El reconocimiento, el éxito y el logro de habilidades variadas son una nueva orientación del sujeto menos colectivo que lo redirige a la felicidad”, refiere Kogan.
Además, el peruano tendría más vías de escape de esta posible modernización infeliz: la deficiencia de las instituciones del Estado (que hacen imprescindible el apoyo de los demás en seguridad, educación y salud, entre otros) y su propia cultura (donde el núcleo familiar y las costumbres grupales son más importantes que en otro tipo de sociedades más rígidas).
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