El primer tranvía urbano que se empezó a utilizar en Lima funcionaba siendo jalado por caballos y mulas. Era 1878 y la capital tenía sólo 100 mil habitantes. Fue recién a inicios del siglo XX que este transporte público se modernizó, el tranvía pasó a ser eléctrico y se construyeron dos líneas: de Lima a Chorrillos y de Chorrillos al Callao. Los tranvías, junto a los limeños que los utilizaban, atravesaban el Centro Histórico, Barrios Altos, el Rímac.
Años después, en 1965, el servicio llegó a su fin. Lima modificó la manera en cómo se movilizaba con el uso masivo del bus, que en ese entonces era considerado una solución el problema del transporte. En la década de los 90, el servicio de transporte público se liberó permitiendo la libre importación de vehículos menores y esto motivó la aparición de múltiples combis, cústers, minibuses y taxis que aumentaban el tráfico en las avenidas.
Ante ello, apareció el primer paso para un sistema integrado de transporte: el Metropolitano. Esto fue en el 2010 y, un año después, se puso en funcionamiento la Línea 1 del Metro de Lima, con el objetivo de elaborar una propuesta de planificación integral de movilidad urbana sostenible, amigable con el medio ambiente y que mejore la calidad de vida de los ciudadanos.
¿Por qué es importante tener un tren eléctrico en las ciudades?
Los estudios referidos al transporte público consideran al actual parque automotor como generador de sobrecostos, con un elevado consumo de combustible y uno de los mayores contaminantes del medio ambiente. Por ello, urbanistas, académicos e ingenieros industriales coinciden en apuntar hacia la movilidad sostenible donde el transporte eléctrico es fundamental.
Mercedes Gómez, ingeniera directora de ingeniería ambiental de la UPC, explica que tener un tren eléctrico en las ciudades es tener un sistema de transporte que genera mayores beneficios económicos, mejoras en el bienestar de los usuarios y causa el menor impacto ambiental posible.
“Como transporte sostenible el tren eléctrico contribuye directamente en la salud pública, mejora el sistema respiratorio, disminuye el estrés, la ansiedad, se reduce la contaminación sonora generada por el tránsito vehicular de motores y bocinas. La tendencia en el mundo es la movilidad eléctrica”, comenta.
Por su parte, Alberto Ríos Villacorta, ingeniero industrial y profesor de ESAN, asegura que el transporte público debe ser eléctrico y que se debería optar por un sistema masivo de líneas de tranvías ligeros que prioricen al peatón y al ciclista. “El tren eléctrico es bueno, pero su construcción demora. En cambio, el tranvía moderno o metro ligero es la alternativa natural al Metropolitano limeño”, comenta.
Gonzalo Alarcón, ingeniero civil y especialista en movilidad urbana, también considera que, si bien el metro es importante, es bueno tener en cuenta que sigue siendo necesario un buen sistema de buses. “Es que el metro no funciona sin buses, ni los buses funcionan sin metro. Lo que hay que cambiar es el sistema empresarial y hacerlo como los corredores municipales”, sostiene.
La emergencia sanitaria causada por la pandemia de la COVID-19 hizo que miles de personas que utilizaban el transporte público optaran por medios más sostenibles, como la bicicleta o el scooter eléctrico. Sin embargo, la LÍNEA 1 del Metro de Lima es uno de los principales mecanismos de transporte para muchos ciudadanos.
El recorrido de la LÍNEA 1 va desde la estación Villa El Salvador (ubicado en el mismo distrito) hasta la estación Bayóvar (San Juan de Lurigancho), atravesando 11 distritos en 54 minutos desde la primera estación hasta la última, lo que significa un ahorro real de 2 horas aproximadamente en el tiempo que utiliza actualmente un pasajero usando otro tipo de servicio de transporte.
El primer pasajero
Wolf Elías Pareja o “Gerardo” como le gusta que lo llamen tiene 46 años y vive orgulloso de haber sido el primer pasajero en subir y viajar en el entonces llamado “Tren Eléctrico”, ahora LÍNEA 1 del Metro de Lima. Recuerda como si fuera ayer el día que se hizo la primera prueba de viaje con público.
“Me levanté a las 5 de la mañana el día que hicieron la marcha blanca. Era una novedad en ese momento y no me quería ni bajar. El Metro cambió nuestra manera de vivir. Ahora nos movilizamos más rápido y las distancias parecen más cortas”, cuenta.
Señala que años atrás viajaba en bus y se demoraba casi hora y media desde de Villa El Salvador hasta la avenida Grau. Ahora con el Metro emplea solo 33 minutos. Si bien considera que beneficia a muchas personas, agrega que es importante una ampliación hasta Lurín. La LINEA 2 del Metro de Lima está en construcción actualmente y pretende unir el distrito de Ate (al este) con el Callao (al oeste).
Un metro realmente integrado
Sol Fajardo, de 23 años, es usuaria de la LÍNEA 1 Metro de Lima desde hace siete años. Considera que este tipo de transporte le permite movilizarse de manera segura y rápida. Lo que antes le tomaba una hora de viaje, hoy lo hace en 15 minutos. “Se viaja bien. Desde Villa Maria del Triunfo a Gamarra llego en 35 minutos. En bus me llevaría una hora con tanto tráfico. Ahorro tiempo, las cosas las hago más rápido y uno se evitar el estrés”, comenta.
Señala que con el surgimiento de la pandemia el modo de viaje fue el mismo, pero con el inconveniente de tener que hacer largas colas al darse las medidas de seguridad que originó algunas restricciones. “Para viajar tenía que estar dos horas antes para hacer la cola y llegar a tiempo a donde me dirigía”, señala.
Desde el inicio de la cuarentena en marzo del 2020, el aforo de pasajeros en la LÍNEA 1 del Metro de Lima tuvo que ser disminuido en 37% para proteger la salud de los usuarios y trabajadores y pasó de trasladar a más de 500 mil usuarios al día a 120 mil.
“A comienzos del año (2021) se volvió a aumentar el aforo del tren, pero genera dudas porque me pregunto cuan seguro es porque se viaja muy pegado y hay temor al contagio. Hay personas que no saben utilizar las mascarillas y da temor”, sostiene Fajardo.
Vivió en Medellín por razones de estudio y conoció de cerca las ventajas de un transporte sostenible totalmente integrado y espera que algún día también lo tenga Lima, pero que esté integrado de verdad. “Lima necesita modernizar el transporte público. En Medellín viajaba en Metro y podía vincularme al teleférico o al tren. Aquí en Lima tomo el Metro y para trasladarme a otro lugar o hacer conexiones luego debo pagar otro pasaje” refiere.
El momento de la “hora punta”
Víctor Hugo Azañero de 44 años es psicólogo y vive en Villa El Salvador. Antes de la pandemia se movilizaba con el Metro y recorría desde la estación La Cultura a la estación Jorge Chávez y viceversa. “Vivía en el Callao y sabía trasladarme a Lima en microbuses que tenían una puerta, pero le hacían otra y se viajaba hasta colgado. Hablar de un metro era casi un sueño. Pasé casi 25 años de mi vida viendo las primeras columnas construidas pero abandonadas”, recuerda.
“Fue sorprendente movilizarse en Metro. El tren fue un cambio de vida. Cuando tenía que dictar clases tomaba taxi y por el tráfico llegaba tarde. Ahora de mi casa salgo a las 6 de la tarde y con el metro llego en diez minutos. Es casi increíble”, comenta.
Refiere además que viajar en Metro le ha permitido vivir algunas anécdotas viajando junto a sus alumnos. Sin embargo, el tema de la afluencia y demanda de personas en “hora punta” es algo en lo que se debe trabajar, ya que hemos normalizado viajar apretados y aglomerados, algo que en pandemia resulta casi imposible.
“Ahora no viajo porque no hago clases presenciales, pero antes de la pandemia en hora punta se viajaba casi aplastado. Ahora hay distanciamiento social y los vagones redujeron el número de pasajeros”, señala. Fue en uno de esos forcejeos de hora punta para poder salir del vagón que terminó rompiendo los botones de su saco, recuerda.
Azañero también advierte que por las restricciones dispuestas para viajar en el Metro se vienen presentando serios inconvenientes para el uso de los tiempos al momento de viajar. “El aforo del tren disminuyó tremendamente por la pandemia y se puede ver las tremendas colas que se forman. Ahora hay que salir temprano y no queda otra alternativa. Se puede ahorrar tiempo en transportarnos, pero se pierde haciendo la cola”, advierte.
Respirar un mejor aire
Paola Prieto, de 30 años, también coincide en el dilema de la hora punta. Es usuaria del Metro desde hace un año cuando su familia se mudó a San Juan de Lurigancho y se ha convertido en su transporte favorito. “El servicio es bueno, limpio y seguro. Los trenes tienen aire acondicionado. El problema es cuando va repleto y muchas veces termia siendo incómodo, pero es mejor que tomar un ómnibus”, refiere.
Señala que desde que viaja en Metro puede utilizar su celular con audífonos y se siente segura. “En el Metro te sientes protegida en todos los aspectos. Ahora en pandemia hay personal que en todo momento te exige cumplir con los cuidados sanitarios, te piden que lleves la mascarilla bien puesta y me hace sentir bien”, comenta.
Además, cree que el tren sirve como una alternativa para disminuir los altos niveles de congestionamiento vial ocasionado por un transporte de combustible contaminante. “Si todo fuera eléctrico respiraríamos mejor aire, mejoraría nuestra salud. Dios quiera que se sigan construyendo más líneas porque viajar en los actuales buses incomoda”, remarca.
Prieto considera que Lima se modernizara el día que se evite que en el transporte público se sigan utilizando micros y combis y se cambie por el uso de vehículos eléctricos que mejoraría la calidad del aire en la ciudad. Por lo que conozco el transporte eléctrico de autos, tranvías o trenes para uso público está de moda en todas partes. Permite tener calidad de vida mayor bienestar económico, social y ciudadano”, refiere.
El transporte eléctrico ya es una realidad en muchísimos países del mundo y es uno de los aliados más grandes contra el cambio climático. En el Perú, durante el 2020, se registró la mayor cantidad de vehículos híbridos y eléctricos vendidos en el país (578), según cifras de la Asociación Automotriz del Perú (AAP). Y el primer bus de transporte público eléctrico ya está circulando por las avenidas de Lima, según el proyecto de Enel. Sin embargo, es importante que se siga impulsando desde las autoridades un trasporte masivo eléctrico para que contribuya al medio ambiente y que permita tener ciudades más integradas y sostenibles.
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