Es inevitable pensar en ese aforismo que se atribuye a Confucio cuando uno constata el clima de enfrentamiento y hostilidad que seguimos viviendo pese a la pandemia, sus consecuencias económicas y la inestabilidad política.
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En el desarrollo de los países, como en el de las personas, lo decisivo no es cuántas veces caemos en el error, sino cuántas veces estamos dispuestos a levantarnos. Es inevitable pensar en ese aforismo que se atribuye a Confucio cuando uno constata el clima de enfrentamiento y hostilidad que seguimos viviendo pese a la pandemia, sus consecuencias económicas y la inestabilidad política. Basta como ejemplo recordar la manera cómo Manuel Merino se refirió ayer a Martín Vizcarra: para darle persuasión a una dudosa explicación sobre la demora general con las vacunas, Merino dijo que Vizcarra era mentiroso, mitómano, traicionero, coimero y genocida. ¿Se dará cuenta del impacto que esos insultos pueden tener más allá de nuestras fronteras o entre los niños que durante más de dos años escuchaban al que por entonces personificaba nuestra nación? Desdichadamente en ese nocivo clima de encono y exacerbación funcionan las instituciones que orientan la marcha de nuestro país a solucionar sus problemas: la reducción de la pobreza, la creación de empleo, la lucha contra la corrupción, la educación, la salud pública, la seguridad ciudadana. ¿Alguien puede creer razonablemente que con menos inversión privada se puede resolver esos problemas? El anuncio de la liquidación de la empresa petrolera Plus Petrol Norte es una mala señal. Al cabo de 24 años de actividad en nuestro país, Plus Petrol se retira y formula graves críticas contra el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental, OEFA. Entre otras, que se la considere responsable de pasivos ambientales producidos mucho antes de que comenzara su actividad en el Lote 92. Obsesionados por la hostilidad política y afectados por la pandemia, parece que las exigencias del crecimiento económico hubiesen salido del radar de algunos dirigentes políticos. Esa es la esencia del populismo: disfrazar la realidad tras discursos y supuestas emociones solidarias con los más vulnerables.
El expresidente de Petroperú Carlos Paredes alerta contra el “agropopulismo” en Gestión y subraya el riesgo de que una ley precipitada “condene a desaparecer al boom agroexportador y con él a más de un millón de puestos de trabajo formal”. También Alonso Segura y Piero Guezzi publican en Gestión un artículo bajo el título elocuente de En defensa de la agricultura. Los exministros sostienen que “no hay posibilidades reales de avanzar al desarrollo si apagamos el motor agroexportador”. Y para eso proponen que se “construya sobre lo avanzado y que se mejore lo que no ha funcionado”. Veremos este sábado si el realismo inspira la ley agraria que deberá ser aprobada en el Congreso.
El Observatorio de Derechos Humanos Human Rights Watch, HRW, publicó ayer un detallado informe sobre las violencias policiales que se produjeron en el marco de las manifestaciones de la semana del 9 de noviembre. El director para América de HRW, José Miguel Vivanco sostiene que “existen evidencias que indican que la policía empleó la fuerza de manera excesiva y negligente contra manifestantes que protestaban contra la altamente cuestionable destitución del presidente Vizcarra”. El informe es fruto de entrevistas a 76 autoridades y testigos, así como de la observación de 200 videos. Vivanco se explicará hoy en Ampliación de Noticias.
Para entrar al fin de semana con una noticia inspiradora, destaquemos el reconocimiento de la revista Nature al científico uruguayo Gonzalo Moratorio por su contribución a que su país sea el que tiene mejores resultados frente la pandemia en América. Moratorio desarrolló un test de diagnóstico barato y efectivo que se aplicó con éxito y ha permitido que la cifra total de muertos en Uruguay se limite a 105. Moratorio revela que su vocación a la investigación médica comenzó cuando, siendo niño, vio la película Epidemia, protagonizada por Dustin Hoffman.
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