Los pueblos originarios recibieron al papa Francisco con los brazos abiertos. El sumo pontífice se reunió con las comunidades indígenas, peregrinos, niños y ancianos en Puerto Maldonado.
“Lo primero que me gustaría transmitirles, y lo quiero hacer con fuerza, es: esta no es un tierra huérfana, es la tierra de la Madre”. Así se refirió el papa Francisco a la región que esta mañana visitó en su primer día de actividades oficiales en el Perú. El sumo pontífice se reunió con los pueblos nativos, aislados, niños y ancianos.
En su visita a los niños y los jóvenes del Hogar El Principito de Puerto Maldonado, recordó que los niños son el “tesoros más preciado”. Pidió a los jóvenes de pueblo originarios que preserven su cultura tradicional porque el mundo los necesita “tal y como son”.
Para Francisco, la presencia de pueblos amazónicos como los Harakbut, Esse-ejas, Matsiguenkas, le permitió ver de cerca “el reflejo de esta tierra. Un rostro plural, de una variedad infinita y de una enorme riqueza biológica, cultural y espiritual”.