Las dudas sobre la legitimidad del título de Magister obtenido por el presidente Castillo y su esposa despiertan una sensación de juego sucio y de construcción de imagen a base de falsedades.
En nuestro país los títulos universitarios han adquirido una creciente importancia, a medida que aumenta la competitividad profesional. No olvidemos sin embargo que algunos de los autores latinoamericanos más creativos del siglo XX no poseían títulos universitarios, como es el caso de Mariátegui, Haya de la Torre, Borges y Octavio Paz. Nadie está obligado a tener diplomas de magister o de doctorado, pero quien se decide a lograrlo, conoce perfectamente las reglas que deben ser respetadas. La principal de las cuales es formular ideas propias y no copiar las ideas o los descubrimientos de otros. Por eso las dudas sobre la legitimidad del título de Magister obtenido por el presidente Castillo y su esposa despiertan una sensación de juego sucio y de construcción de imagen a base de falsedades.
Desde el inicio de su carrera política, Castillo intentó oponer la corrupción de las elites de Lima, a las buenas costumbres del mundo rural, los campesinos y los ronderos. Si se confirmase que deliberadamente copió, estaríamos ante un acto doloso de impacto irreparable. Existen precedentes en los países más exigentes, como el del prometedor ministro de Defensa de Alemania, Karl von Guttenberg, quien debió renunciar el 2011 ante el pedido de numerosos académicos que se sintieron ofendidos por su uso del “copia y pega”. Lo mismo sucedió con el presidente de Hungría el 2012, Pal Schmitt, quien renunció para no convertirse en vergüenza nacional y causa de división. Parece muy lejano el tiempo en que Castillo nombró ministro de Educación al profesor Juan Cadillo. ¿Por qué fue bruscamente retirado del cargo? Podemos pensar que, precisamente, a causa de la decencia que mostró y de la firmeza que evidencia ahora para solicitar que, en caso de confirmarse la copia, Castillo pida disculpas y actúe en base a lo que es mejor para nuestro país. Es decir, que renuncie.
Las cosas como son
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