El fundador de DeepSeek apuesta por la investigación a largo plazo y el talento local para revolucionar la IA, desafiando el status quo global.
Discreto, visionario y con una filosofía que desafía las convenciones de Silicon Valley, Liang Wenfeng (39) ha emergido como una figura transformadora en el mundo de la inteligencia artificial. El fundador de DeepSeek, quien raramente concede entrevistas, está demostrando que se puede competir con los gigantes tecnológicos occidentales desde una perspectiva radicalmente diferente.
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¿Quién es el fundador de DeepSeek?
Liang Wenfeng creció en la provincia de Guandong (Cantón), observando la adopción de prácticas capitalistas en China. Si bien se vio rodeado de personas que valoraban más establecer negocios, él tenía más inclinación por el lado académico.
Entró a la Universidad de Zhejiang a los 17 años, graduándose en Ingeniería de Electrónica y Comunicación, luego se enroló en una maestría en Ingeniería de la Información y la Comunicación.
Wenfeng forjó su camino inicial en el mundo financiero. En 2015, co-fundó High-Flyer, un fondo de cobertura cuantitativo que destacó por su innovadora aplicación de estrategias de trading impulsadas por IA. Para 2021, la firma había integrado completamente la inteligencia artificial en sus operaciones.
Según Reuters, para finales de ese año tenía un portafolio de 13.79 mil millones de dólares.
DeepSeek y un enfoque diferente al de Silicon Valley
Sin embargo, fue en mayo de 2023 cuando Liang dio el paso que lo catapultaría a la vanguardia de la innovación tecnológica global: la fundación de DeepSeek.
El anuncio lo realizó en su cuenta de WeChat, donde aseguró que concentraría sus recursos en "explorar la esencia de la Inteligencia Artificial General".
"La esencia de la inteligencia humana podría ser el lenguaje; el pensamiento humano podría ser un proceso lingüístico", reflexiona Liang, revelando la profundidad filosófica que sustenta su aproximación a la IA.
A diferencia de la mayoría de las startups tecnológicas, DeepSeek opera bajo una filosofía de "largo-placismo". Para Liang, la empresa es más un proyecto impulsado por la curiosidad que una búsqueda de beneficios inmediatos. "Si debes encontrar una razón comercial, podría no existir porque no es rentable. Desde una perspectiva empresarial, la investigación básica tiene un retorno de inversión muy bajo", explica en una de las tantas frases compartidas por el medio estatal chino China Global Television Network.
"Bajo el liderazgo de Liang, DeepSeek evitó deliberadamente el desarrollo de apps. En cambio, concentró su talento y recursos en crear un modelo que pueda igualar o incluso superar a OpenAI", indicó Reuters.
Esta semana, su visión dio frutos cuando el modelo R1 de DeepSeek superó a ChatGPT en las listas de aplicaciones más descargadas, tanto en China como en Estados Unidos. Lo más sorprendente: lo logró con un equipo de menos de 10 personas.
La gestión del talento de Liang también rompe moldes. "Si persigues objetivos a corto plazo, contratar personas con experiencia es lo correcto. Pero a largo plazo, la experiencia importa menos. Las habilidades fundamentales, la creatividad y la pasión son más importantes", sostiene.
Esta filosofía le ha permitido descubrir y nutrir talento local en China, desafiando la creencia de que el expertise en IA solo puede encontrarse en Occidente. DeepSeek contrata principalmente graduados y PhDs de las mejores universidades de China, que se ven motivados por el propósito de la compañía: enfrentar los principales retos de la inteligencia artificial.
Para Liang, el futuro de la IA china no puede construirse sobre la imitación. "El verdadero diferencial está entre la originalidad y la imitación. Si esto no cambia, China siempre será un seguidor", afirma. Su visión va más allá de crear una empresa exitosa; busca establecer un ecosistema tecnológico que pueda competir de igual a igual con Occidente.
Su reciente invitación a un simposio presidido por el premier chino Li Qiang subraya la importancia estratégica de su trabajo. Sin embargo, Liang mantiene su enfoque en la investigación fundamental, convencido de que la verdadera innovación requiere libertad, espacio para el error y, sobre todo, paciencia. "La innovación es costosa e ineficiente, y a veces viene acompañada de desperdicio", reconoce, en un refrescante contraste con la mentalidad de "crecimiento a toda costa" que domina la industria tecnológica.
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