Las imágenes captadas con ayuda de satélites indican que desde los años setenta del siglo pasado, el hielo marino de la Antártida ha aumentado a un ritmo de 100.000 metros cuadrados cada diez años.
Científicos del British Antartic Survey y de la NASA atribuyen a cambios meteorológicos causados por el agujero de la capa de ozono el incremento del volumen del hielo marino observado últimamente en la Antártida.
En un artículo aparecido en la publicación especializada "Geophysical Research Letters", los científicos explican que mientras en el Ártico se ha registrado una dramática disminución del hielo polar, en la Antártida ha aumentado.
Ello se debe a que el agujero de ozono ha retrasado el impacto del gas invernadero en el clima de ese continente.
El hielo de los océanos desempeña un papel clave en el medio ambiente global al reflejar el calor del sol y proveer un hábitat para la vida marina.
En ambos polos, la capa de hielo está en sus niveles mínimos durante el verano, pero durante el invierno la de la Antártida se expande hasta cubrir un área del tamaño aproximado de Europa.
Esa capa de hielo, cuyo grosor oscila entre menos de un metro y varios metros, aisla a las aguas templadas del océano de la frígida atmósfera.
Las imágenes captadas con ayuda de satélites indican que desde los años setenta del siglo pasado, el hielo marino de la Antártida ha aumentado a un ritmo de 100.000 metros cuadrados cada diez años.
Según el profesor John Turner, del British Antarctic Survey, "los resultados obtenidos muestran la complejidad del cambio climático en toda la Tierra".
"Mientras que hay pruebas crecientes de que la disminución del hielo marino en el Ártico se debe a la actividad humana, en la Antártida la influencia del hombre a través de la capa de ozono ha tenido el efecto inverso y ha resultado en un aumento del hielo", explica Turner.
"Aunque el agujero de ozono está amortiguando de varias maneras los efectos del incremento del gas invernadero en la Antártida, este fenómeno no durará, dado que esperamos que los niveles de ozono se recuperen para finales del siglo XXI. Para entonces, muy probablemente habrá un tercio menos de hielo marino antártico".
Tras estudiar las imágenes captadas por satélite del hielo marino y con ayuda de modelos computerizados, los científicos descubrieron que el agujero en la capa de ozono ha reforzado los vientos de superficie en torno a la Antártida e intensificado las tormentas del área del Pacífico sur en el océano que rodea el continente blanco.
Ello ha resultado en una mayor circulación de aire frío sobre el mar de Ross (en la Antártida occidental), lo que ha tenido a su vez como consecuencia una mayor producción de hielo en toda la zona.
Los datos obtenidos con satélite revelan las variaciones experimentadas por la capa de hielo marino en todo el continente antártico.
Mientras que se ha registrado un pequeño incremento del hielo marino durante el otoño en torno a la costa de la Antártida Oriental, los mayores cambios los ha experimentado la Antártida Occidental.
Las mayores pérdidas de hielo se produjeron en la parte occidental de la Península Antártida, región en la que las temperaturas medias han subido casi tres grados centígrados en el último medio siglo.
Más al oeste, por el contrario, ha aumentado la capa de hielo sobre el mar de Ross. EFE
En un artículo aparecido en la publicación especializada "Geophysical Research Letters", los científicos explican que mientras en el Ártico se ha registrado una dramática disminución del hielo polar, en la Antártida ha aumentado.
Ello se debe a que el agujero de ozono ha retrasado el impacto del gas invernadero en el clima de ese continente.
El hielo de los océanos desempeña un papel clave en el medio ambiente global al reflejar el calor del sol y proveer un hábitat para la vida marina.
En ambos polos, la capa de hielo está en sus niveles mínimos durante el verano, pero durante el invierno la de la Antártida se expande hasta cubrir un área del tamaño aproximado de Europa.
Esa capa de hielo, cuyo grosor oscila entre menos de un metro y varios metros, aisla a las aguas templadas del océano de la frígida atmósfera.
Las imágenes captadas con ayuda de satélites indican que desde los años setenta del siglo pasado, el hielo marino de la Antártida ha aumentado a un ritmo de 100.000 metros cuadrados cada diez años.
Según el profesor John Turner, del British Antarctic Survey, "los resultados obtenidos muestran la complejidad del cambio climático en toda la Tierra".
"Mientras que hay pruebas crecientes de que la disminución del hielo marino en el Ártico se debe a la actividad humana, en la Antártida la influencia del hombre a través de la capa de ozono ha tenido el efecto inverso y ha resultado en un aumento del hielo", explica Turner.
"Aunque el agujero de ozono está amortiguando de varias maneras los efectos del incremento del gas invernadero en la Antártida, este fenómeno no durará, dado que esperamos que los niveles de ozono se recuperen para finales del siglo XXI. Para entonces, muy probablemente habrá un tercio menos de hielo marino antártico".
Tras estudiar las imágenes captadas por satélite del hielo marino y con ayuda de modelos computerizados, los científicos descubrieron que el agujero en la capa de ozono ha reforzado los vientos de superficie en torno a la Antártida e intensificado las tormentas del área del Pacífico sur en el océano que rodea el continente blanco.
Ello ha resultado en una mayor circulación de aire frío sobre el mar de Ross (en la Antártida occidental), lo que ha tenido a su vez como consecuencia una mayor producción de hielo en toda la zona.
Los datos obtenidos con satélite revelan las variaciones experimentadas por la capa de hielo marino en todo el continente antártico.
Mientras que se ha registrado un pequeño incremento del hielo marino durante el otoño en torno a la costa de la Antártida Oriental, los mayores cambios los ha experimentado la Antártida Occidental.
Las mayores pérdidas de hielo se produjeron en la parte occidental de la Península Antártida, región en la que las temperaturas medias han subido casi tres grados centígrados en el último medio siglo.
Más al oeste, por el contrario, ha aumentado la capa de hielo sobre el mar de Ross. EFE
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