Miguel Ignacio se reencuentra con Gladys, la madre de su hijo Otto, quien trabaja como empleada del hotel de la Laguna Azul. Viviana y Charo se agarran a golpes.
Grace se encuentra cara a cara con Rubí quien le dice que ha venido a buscar a Nicolás, lo cual la deja sorprendida. Llega Nicolás y se queda de una pieza. “Él es un hombre separado y tiene derecho a salir con quien quiera”, dice Rubí. Grace voltea y le pregunta a Nicolás sobre lo que significa la presencia de Rubí pero él se queda callado lo cual hace que Grace se encienda. Aparece Manolo, que ha sido alertado por Pepe y Tito sobre la presencia de Rubí, quien empieza a hacer mofa de la situación en la que se encuentra Nicolás. “Se te juntaron las dos y ahora ¿qué vas a hacer? Te crees muy vivo”, le dice. Rubí intenta irse pero Manolo se lo impide. “Vas a usar el truco de irte para que el niño siga detrás tuyo, no? Ya conozco eso”, dice. Grace insiste en que Nicolás diga algo pero el joven permanece callado y luego cierra los ojos. Para Grace esa es la respuesta que no esperaba por lo que sube en busca de su hija que está con Joel y Fernanda. Cuando baja Nicolás trata de detenerla pero Grace está furiosa. “¡Quédate con Nicolás y con todo porque yo a esta casa no vuelvo más! Y si quieres ver a tu hija envía a un intermediario porque no quiero verte”, les dice a Rubí y Nicolás y sale de la casa.
Peter conversa con Charo y le dice que en esos momentos, luego de haber hablado con Nicolás debe estar reconciliándose con Grace. Pero Grace llega arrasada en llanto. “Tiene otra”, le dice a su madre y se pone a llorar.
Miguel Ignacio disfruta de sus vacaciones en la Laguna Azul al lado de Isabella. Se disponen a almorzar y Miguel Ignacio está encantado con la comida. “¿Dónde he probado esta sazón? Está delicioso”, piensa mientras degusta la comida.
Nicolás acompaña a Rubí a su casa. “Nada de esto hubiera pasado si…”, dice Nicolás. “Si yo no hubiera ido a tu casa”, completa ella. “Tú eres una chica muy linda…”, dice Nicolás. “No sigas, ya sé lo que más me vas a decir”, le dice. “Ya sé lo que pasa por tu cabeza: tu familia”, añade. “Yo sé que quieres recuperar a tu hija y a tu esposa, de verdad entiendo, yo sé que eso es lo que quieres”, completa. “Yo sé lo que quiero, yo quiero estar contigo Rubí”, le dice Nicolás. “Lo siento pero yo no puedo estar contigo”, responde. “Entonces ¿se acabó?”, pregunta Nicolás. “Creo que sí”, responde Rubí. Nicolás la abraza y ella derrama lágrimas. Finalmente terminan besándose.
Pepe, Lucho y Tito están en un club nocturno y han visto a tres chicas a las que quieren abordar. “Les hemos dicho que eres un ejecutivo y ellas están interesadas en nosotros”, le dice Pepe. Pero Lucho no quiere hacer nada. Después se anima y Lucho asume la personalidad de Miguel Ignacio de las Casas y como tal se presenta ante las tres chicas. "Pueden llamarme Nachito", les dice. Llama al mozo y Pepe ordena una jarra de champagne. “El champagne viene en botella”, le advierte el mozo. “Yo quiero en jarra, total soy yo quien pagará”, responde Pepe. El mozo acepta el pedido.
Charo llega a su casa y se encuentra cara a cara con Viviana quien le da una bofetada. “Déjame explicarte”, le dice Charo. “No tienes nada que explicar. No te disculpo, no te perdono”, le dice. “Al menos perdona a Raúl”, le pide Charo. “No lo perdono, después de todo lo que ha hecho”, responde. “Raúl te ama. Si no lo perdonas puedes estar cometiendo el peor error de tu vida”, le dice. Finalmente Viviana le dice que Raúl es un idiota y Charo insiste en que Raúl es un hombre bueno que dejó muy en claro sus sentimientos cuando habló con él. Eso es un detonante y terminan tomándose de los cabellos.
Miguel Ignacio nada en la piscina del hotel donde se aloja y al llegar al borde una persona lo espera. “Aquí está su agüita de coco, señor”, le dice. Miguel Ignacio abre los ojos pues ha reconocido la voz: se trata de Gladys. Se sorprenden de encontrarse y le pregunta por Otto. Gladys le reclama porque nunca viene a ver a su hijo. “Con el dinero que te envío no tendrías que trabajar”, dice Nachito. “Ese dinero es del Otto, no lo toco”, responde.
La pelea de Viviana y Charo llega hasta la calle. Luciana advierte lo que está pasando mientras su padre, Raúl, está pensando que en estos momentos su novia debe estar abordando un avión que la lleva a La Habana. “No está en un avión. Está enfrente peleando con la señora Charo”, le dice. Raúl sale corriendo y trata de separarlas. Finalmente lo logra. “Viviana, tenemos que hablar”, le dice. “No tenemos nada que hablar. Me voy”, responde y sube a un auto que la está esperando. “Ahora sí que la perdí para siempre”, dice Raúl.
Isabella aparece cuando Gladys está dejando a Miguel Ignacio. “¡Qué hace esta mujer acá!”, exclama. “Acá trabajo señora”, responde Gladys. “O sea que eres la sirvienta del hotel”, le dice Isabella. “Sirvienta no, empleada”, contesta Gladys. Isabella la amenaza con que hablará con el administrador del hotel para que tenga más cuidado con la selección del personal. Finalmente Gladys admite que es la sirvienta del hotel, tras lo cual Isabella le pide que le traiga un aguaymanto sour. Gladys se retira. “Espero que no vayas a ver al hijo que tuviste con esta mujer”, le advierte Isabella a Miguel Ignacio. “Qué lo voy a ver si ni siquiera pienso en él”, responde.
Charo es consolada por su padre pero se siente muy mal por lo que acaba de ocurrir y por haber arruinado la boda de Raúl y Viviana. “Voy a dejar todo esto y voy a dedicarme a lo que realmente importa. Voy a hablar con Grace. Todo lo que ha pasado con Nicolás la ha puesto muy triste", dice y sube a buscar a su hija.
Susú llega a casa de Raúl quien decide irse a su cuarto a llorar sus penas. Luciana no se aguanta y le pregunta a su madre. “¿Me puedes explicar por qué te casaste con el nono de Fernanda?”
Reyna está en su cuarto haciendo un conjuro para retener a Lucho. De pronto Johnny interviene. “Me parece que tu conjuro no funciona. Mira esto”, le dice a su madre y le muestra su laptop en el que aparece un selfie de Lucho junto con Pepe y Tito y las chicas que abordaron en el club nocturno.
Nicolás llega a la casa de los González. Charo lo recibe y le pide hablar con Grace. Charo busca a su hija. “Grace, te buscan. Es Nicolás. Creo que ha venido a arreglar las cosas”, le dice.
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