AFHS: Grace está decidida a hablar con Cayetana Bogani

Suena el celular de Nicolás. Es Cayetana que quiere hablar con Grace porque no puede dormir. Pero él no le pasa la llamada. “¿Quién es?”, pregunta Grace. Y entonces le dice que es Cayetana. Grace cambia de cara y se pregunta por qué ella tiene su número y por qué lo llama. “Es el mismo número que tengo hace cinco años”, responde. Empiezan a discutir y ella lo llama infiltrado de Cayetana, lo que genera que Nicolás decida irse a dormir a la sala. Grace queda con cara de pocos amigos.

Francesca vuelve a ver a Mariano Pendavis y sabe que solo ella lo ve. Él le aconseja que no les haga caso a sus familiares y siga lo que quiera hacer. Y también le dice que en el cielo no ha visto a Nelly Camacho. Luego le dice que se tiene marcharse y la deja.

Socorro está feliz luego del beso que le diera Peter. Tanto que cuando Manolo llega a pedirle perdón por haberla gritado, ella lo toma como de lo más normal. "Tienes un raro brillo en os ojos. ¿No habrás estado bebiendo, no?", le pregunta.

Isabella se extraña de ver a Nicolás en la sala con una almohada. Y entonces piensa “hay una discusión entre mi bebé y la culebrita… ¡Oh! ¡Divorcio a la vista!”. Pero entonces decide subir al cuarto de Grace. “Quiero que sepas que en cada discusión que tengas con Nicolás, yo estaré a tu lado”, le dice a una desconcertada Grace que solo atina a darle las gracias. “A más peleas, divorcio seguro”, piensa Isabella.

Miguel Ignacio y Lucho están en un night club. “Hoy es mi cumpleaños y estoy feliz porque mañana meten a mi suegra al manicomio”, grita Nachito.

Llega la mañana y Miguel Ignacio ocupa el lugar de Francesca en la mesa de la casa de los Maldini. Pero Bruno quiere ese lugar y también Nicolás y Fernanda. “¡Que se muera la vieja loca!”, grita Miguel Ignacio. Y de pronto todos quedan petrificados. Es Francesca que ha vuelto a casa. Al final bota a Miguel Ignacio de la constructora. “Ahora me voy a las Lomas. Hace seis años que debí hacer algo”, le dice Lucifer no sin antes ordenarle que saque a la fuerza a Miguel Ignacio. Llega donde los González les propone la construcción de un edificio de cuatro pisos. “No les costará nada porque me cobraré de las regalías del estacionamiento subterráneo. Soy una empresaria no una beneficencia”, dice. Y todos la quieren lanzar de alcaldesa. Y está feliz. Pero lamentablemente es un sueño provocado por las medicinas que le recetó el mal médico de la clínica en donde la tienen recluida.

Peter mira la mesa del comedor de la casa de los Maldini y ve sentarse a Miguel Ignacio en el lugar de Francesca. Peter está desolado. “Pobrecito, está sufriendo por su Madam”, dice Monserrat. “¿El mayordomo sufriendo más que su familia?”, dice Isabella y luego se pone a fingir que llora y se lamenta por lo que le pasa a su madre.

Socorro le cuenta a Charo que pasó algo con Peter. “Yo estaba muy preocupada por mi hijo y lo fui a buscar. Y él me tranquilizó y…”, le dice “¿Se besaron?”, pregunta asombrada Charo. Aparece Reyna y pide que le cuente lo que pasó. Pero ambas deciden dejarla e irse. Llega Teresa y Reyna no puede con su genio. “El narizón y la Socorro han estado haciendo cochinadas en la sala de los Maldini”, le dice. Y luego Teresa les cuenta la historia agrandada a Pepe y Tito. “O sea que la tía había sido brava”, dice Tito. Socorro sale del baño y todos se quedan callados. “¿Pasa algo?”, pregunta. “Es el amor que flota en el aire”, le dicen.

Nicolás va al cuarto de Grace. Ella le pide perdón por toda la situación generada por Cayetana. “¿Me perdonas?”, le pide. “Sí, claro que te perdono. ¿Tú me perdonas?”, le dice Nicolás. “Sí pero con una condición. Necesito el teléfono de Cayetana”, responde Grace.

Manolo se encuentra a todos los González haciendo cola para entrar al baño y les pide entrar primero que todos porque debe llegar temprano a su trabajo. Se está bañando y todos los González entran al baño. “El Peter ya le do vuelta a tu vieja”, le dice Tito y Manolo se desmaya. Se recupera y le reclama a su madre. “Ah! Parece que no es mismo muchachito que me dijo que no me metiera en su vida. Pues tampoco quiero que te metas en la mía”, le responde.