Isabella está devastada por el trabajo que realiza su hijo y hasta llega a decir que cómo ha podido caer tan bajo. Sin embargo a Nicolás no le va nada mal en su primer día de trabajo.
Reyna le cuenta a Charo la confesión que le ha hecho Anthony y le pide consejo porque no sabe qué hacer. “Me voy a convertir en la enemiga de mi propia hija. Qué culpa tengo yo de que Shirley no haya heredado mi belleza. Y todo será difícil porque es difícil olvidarme”, le dice mientras Charo no puede contener la risa. Reyna se molesta y se va.
Alejo escucha la conversación de Pepe y Tito acerca de que Francesca está viva. No tienen más remedio que contarle parte de la historia pero con la condición de que no le diga nada a nadie. “Si doña Francesca se entera que contamos la verdad, nos corta el caño”, le dice Tito. “Ah no, con la cerveza no hay que jugar”, responde Alejo y luego brindan a la salud de Francesca.
Carlos Cabrera llega a la habitación del hotel donde se aloja Fernanda y donde yace desmayado Joel. Le hace oler algo de alcohol y Joel reacciona. “¡¡Aaaaah!! ¡¡El asesino de mi noni!! ¡¡No te me acerques!! ¡¡Ya sé por qué está acá, ella está tras los pasos de su asesino!!!”, grita Joel. Fernanda trata de hacerle creer que lo que vio fue una alucinación y que si Carlos está en el hotel es porque asiste a un Congreso de Pediatría. Joel no quiere quedarse un minuto más en la habitación y sale corriendo pero se vuelve a encontrar con Francesca. “¡¡Allá está, allá está!! ¡¡Señor calma tu ira!!”, grita nuevamente mientras Francesca entra a su habitación. Joel sale corriendo seguido por Fernanda.
Isabella está desesperada porque Nicolás está por empezar a trabajar como mototaxista. Luciana decide desearle suerte y Nicolás parte a realizar su trabajo. Llega Manolo y le reclama a Luciana que esté hablando con Nicolás. “Ese tipo me odia. Te prohíbo que hables con él”, le ordena. “¿Me prohíbes? Con Nicolás hemos crecidos como si fuéramos primos y ahora que está en mala situación yo estoy como su amiga. Así que lo seguiré viendo y si no te gusta, piña”, le dice y lo deja con la palabra en la boca.
Reyna decide ir al mercado y en la sala se encuentra con Anthony. “¿La acompaño señora Reyna?”, le dice. “No, no, puedo sola”, responde Reyna y sale. Llega Shirley y justo Charo está por dejarlos pero escucha a la hija de Reyna. “Ay amor, qué bien que nuestro plan está funcionando”, comenta y Charo voltea. “¿De qué plan están hablando?”, pregunta. Y los chicos le confiesan que esa declaración de amor fue un plan para que Reyna lo deje libre. Finalmente los chicos le piden a Charo que los ayude. Poco después Reyna vuelve del mercado y Charo le cuenta que habló con Anthony. “Creo que si lo tienes todo el tiempo en la casa haciendo mil quehaceres se acercará más a ti. Lo mejor es que lo alejes y que salga con Shirley”, le aconseja. Llega Anthony y le dice que ya terminó de limpiar el baño. “¿Quiere que haga otra cosa?”, pregunta. “No, nada, ya no tendrás que ayudarme en nada, puedo sola con mis cosas”, le dice Reyna. “Mamá, si Anthony ya no tiene nada que hacer, ¿podemos salir a tomar un helado?”, pregunta Shirley. Reyna les da permiso y los jóvenes se van felices.
Don Alejo llega a la casa Maldini y pide hablar con Peter. “¿Así que la señora Francesca está muerta, no? Ya lo sé todo”, le dice y luego toma “las cenizas” de Francesca y las arroja al piso. Monserrat que presencia la escena está horrorizada. Peter empieza a dar de gritos lastimeros mientras Alejo insiste en que le diga la verdad. Aparece Socorro quien al ver todo lo ocurrido empieza a sospechar de que algo ocurre. Finalmente le dice a Peter que se irá de shopping y le pide dinero que, ahora, nunca le es suficiente.
Peter telefonea a Francesca y le cuenta que el padre de Charo le dio a entender de que sabe todo. “Debe haberse enterado por Pepe y Tito”, le responde. Y luego le dice a Carlos que no pueden quedarse en el hotel porque los González llegarán en cualquier momento con chamán incluido.
Nicolás está medio desanimado porque en todo su primer día de trabajo solo ha obtenido S/.15 de una viejita mañosa. Pero está detenido frente a un instituto donde hay cuatro estudiantes que se lo quedan mirando. “¡Un mototaxista cuero! ¡Yo quiero!”, dice una de ellas y las cuatro se sube al vehículo. “Creo que ya encontré mi público objetivo”, piensa Nicolás mientras sonríe.
Joel llega a su casa y llama a su familia a gritos. “¡He visto a la noni! ¡He visto a la noni!”, grita desesperado. Fernanda trata de decirles a los González que en realidad se trata de una alucinación de Joel, pero este sigue gritando pidiendo consejo de lo que debe hacer. “Hay que rezarle a los muertitos”, le aconseja don Gilberto. “¡¿Pero dónde están sus restos?!”, exclama y de pronto sale corriendo hacia la casa Maldini. “¿Dónde está mi noni?”, le pregunta a Monserrat quien le abre la puerta y le dice que doña Francesca ha muerto. “Eso ya lo sé, lo que quiero saber es dónde están sus restos”, insiste Joel. “Están dentro de esta aspiradora, es que hubo un pequeño accidente pero en un momento pongo las cenizas en su sitio”, dice Monserrat pero presiona en botón equivocado y llena de cenizas de pies a cabeza a Joel. “¡¡Tengo a mi noni encima!”, dice desesperado. “¡Me tragué a la noni! ¡Tengo a una muerta encima! ¡Me quiere poseer! ¡Suéltame noni, suéltame noni!”, sigue gritando. Llega a su casa en el mismo estado pero prácticamente sin ropa. Su madre, su tía y su abuelo ni lo miran pero concluyen en una cosa. “Este chico necesita terapia”, coinciden. Joel opta por tomar una ducha pero sigue gritando. “¡Suéltame noni, suéltame! ¡Me quiere poseer!”, dice mientras se enjabona el cuerpo sollozando.
Carlos y Francesca salen del hotel en el que se hospedan sin saber que son observador por don Alejo que incluso los sigue en un taxi. La pareja llega a un hotel donde piden una habitación y cuando están por abrir la puerta una voz los deja paralizados. “Buenas tardes señora Francesca, qué gusto verla en tan buen estado”, es lo que les dice Alejo a la sorprendida pareja.
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