El sicólogo lo cita en su consultorio para contarle que también se dedicará a la fabricación de miel artesanal.
Luego de haber visto cómo es que Joel fabrica la miel que tanto le gustaba, Sergio decide vengarse. Busca a Charo y le pide que convenza a Joel de acudir a su consultorio porque quiere que la relación entre ellos sea la de un hermano mayor o la de un muy buen amigo.
Ya en su consultorio, Sergio da el primer paso de su venganza. Toma una batea y luego de quitarse los zapatos y los calcetines, se remoja los pies con el contenido de tres botellas de miel, tras lo cual envasa el producto resultante.
Charo convence a Joel de que busque a Sergio. El joven lo hace pero lleva consigo varios frascos de su miel especial. “¡Hola Joel! ¡Gracias por haber venido!”, lo saluda Sergio mientras Joel trata de venderle más frascos de su miel lo cual asquea al sicólogo que debe disimular su disgusto.
“Lo que ocurre es que también quiero entrar al negocio de la fabricación de miel artesanal. Quiero que pruebes mi producto y me des tu opinión”, le propone. Joel acepta pero quiere que primero Sergio vuelva a probar la miel que ha llevado. Sergio le promete que lo hará después.
“A ver, abre la boquita”, le pide y Joel traga una cucharadita de la miel de Sergio. “Está buena”, le dice. “A ver, otra cucharadita”, le dice el sicólogo y Joel vuelve a probarla mientras la satisfacción invade el rostro de Sergio.