Es cierto que para la crianza es básico lograr un vínculo saludable entre padres e hijos, el mismo que permita tener una relación cercana, presente, consistente, que le ofrezca al niño seguridad, comunicación abierta, afecto; y que de este modo puedan compartir intereses, experiencias, inquietudes, temores y preocupaciones. Sin embargo, para lograr todo esto es necesario ser padres, no amigos, tampoco ser “como amigos”.Relación cercana, no amical. El padre y la madre cuidan, protegen, se hacen responsables, proveen, enseñan, son fuente de seguridad y de afecto. Los hijos necesitan que sus padres estén cerca de ellos, que los ayuden en sus dificultades y que también les pongan límites, que les digan lo que sí pueden hacer y lo que no esta permitido, que les adviertan sobre situaciones nuevas o de peligro, que los ayuden cuando están en dificultades, que los calmen y consuelen cuando se sientan mal, que los representen en situaciones difíciles; todas estas cualidades y funciones propias de los padres que difieren de la amistad.Buena relación. Es importante que la relación de padres e hijos sea cercana, pero no se trata de una relación de igual a igual; puede haber mucha confianza, apertura, honestidad y flexibilidad pero es una relación de dos jerarquías diferentes. La relación con un amigo es de “tú a tú”, entre iguales. Muchas veces la idea de que los padres sean amigos de los hijos nace del deseo de no perder contacto con los hijos y tener acceso a sus cosas, sin embargo una buena relación de padres e hijos permitirá una comunicación e intercambio saludable donde se compartan muchos temas. Intimidad amical. Es importante saber que los hijos van a tener amigos, uno o varios iguales a ellos, con los cuales van establecer otro tipo de vínculo donde la confidencia, la fantasía, el juego, el descubrir, experimentar, compartir, son características propias de estas relaciones. Los hijos necesitan tener su mundo, su intimidad, sus temas personales, incluso secretos, son parte del crecimiento, del desarrollo así como de la construcción de su identidad. Hay que saber diferenciar lo que son temas de padres e hijos, de los temas que son solo de padres y los temas de hijos.