Un clásico RPG vuelve al mercado luego de 28 años. ¿Es Live a Live un digno homenaje para la saga en estos tiempos?
Por: Erich García
Después de casi 28 años, el año pasado volvimos a ver una de aquellas joyas japonesas del RPG que durante los años 90 del siglo pasado nos fueron esquivas a quienes vivimos en este lado del planeta: Live a Live, publicado para la Super Famicom en 1994 por la entonces SquareSoft, esta vez lanzado como un remake para la Nintendo Switch. Al margen de las razones por las que Square esté trabajando por revivir franquicias como Romancing Saga, Seiken Densetsu (Trials of Mana), entre otras; a los fans del género nos resultó interesante no solo que por fin pudiésemos tener a este juego de manera oficial en occidente, sino que (y a diferencia de los anteriores mencionados) lo tuviésemos en forma de un remake al estilo HD 2D, como el que lucieron otros juegos como Octopath Traveler (y su respectiva secuela, Octopath Traveler II) o Triangle Strategy.
El juego fue bien recibido por la crítica, pero la pregunta caía de madura: ¿lo veríamos en otras plataformas aparte de la de Nintendo? Pues felizmente en marzo se confirmó que sí, siendo lanzado también para PS4, PS5 y Steam.
Gracias a un código brindado por Square Enix, en esta reseña vamos a conocer si esta versión en PC sería la versión definitiva del juego.
Narrativa: Siete historias (y un poquito más)
Live a Live es un ejemplo de cómo se puede contar una historia emocionante y variada a través de múltiples personajes y épocas. Probablemente, es lo que sirvió de inspiración para crear Octopath Traveler, décadas más tarde.
La premisa del juego es simple: el jugador controla a ocho personajes diferentes, cada uno con su propia historia y ambientación. Cada historia se desarrolla en una época diferente, desde la era prehistórica hasta el futuro lejano. A medida que el jugador completa cada una de las primeras siete historias, se desbloquea la historia final, que une todas las historias anteriores en una sola narrativa.
La variedad de historias y ambientaciones es impresionante. La primera historia, ambientada en la era prehistórica, sigue a un joven cazador que debe enfrentarse a un jefe de tribu malvado. La segunda historia se desarrolla en la China feudal, donde un joven monje debe luchar contra el malvado Emperador. Otras historias incluyen una ambientada en la época de los piratas con batallas navales incluidas, una en el Viejo Oeste en un tributo a las películas protagonizadas por Clint Eastwood y una en el futuro distante que emula en parte a películas como Alien o 2001: Odisea en el Espacio. Cada historia tiene su propio conjunto de personajes, cada uno con su propia personalidad y motivaciones. Los personajes están bien escritos y desarrollados, lo que los convierte en personajes con los que los jugadores pueden empatizar y preocuparse.
El juego presenta una variedad de temas, desde la justicia y el honor hasta la venganza y la redención. Cada historia se siente única y ofrece algo diferente al jugador. La narrativa de Live a Live es una de las mejores que se pueden encontrar en los juegos de rol japoneses de la época.
Del mismo modo, cada historia cuenta con su propio conjunto de misiones y objetivos, lo que hace que cada una se sienta única y emocionante. Las decisiones también juegan un rol muy importante, ya que algunas desatarán finales alternos para cada historia y eso impacta en la jugabilidad.
Jugabilidad: Dedicado a los amantes del género, pero quizá solo a ellos
Justo por el hecho de que las decisiones llevan a finales más o menos distintos para cada historia, la rejugabilidad de Live a Live está garantizada. Normalmente cada historia no debería tomar al jugador más de dos o tres horas, pero el hecho que algunas decisiones influyan en el resultado final, hace que puedas jugar unas dos o tres veces más la misma historia y encontrar cosas que no viste antes: una llave, una conversación particular, una armadura que te da un poder colosal, o incluso un adictivo “mini juego”. Haciendo un solo “run” para cada historia, el juego se podría terminar aproximadamente en poco más de 20 horas; sin embargo, tratando de sacar cada final este tiempo puede extenderse a entre 40 y 50 horas. Aunque hoy esto ya es bastante común, resulta increíble cómo un juego de 1994 pudiese tener esta rejugabilidad en esa época.
Cada historia tiene su propio conjunto de personajes y mecánicas de juego únicas. Por ejemplo, la historia de la China feudal presenta un sistema de combate basado en artes marciales, mientras que la historia de los piratas presenta un sistema de batalla naval. En algunos, la curva de dificultad para adecuarse es realmente baja, mientras que en otros podría ser hasta confuso (como en la historia de los robots), principalmente para quienes no son afines a los videojuegos de rol japoneses.
No todos se basan en un sistema de niveles, como la historia en el Presente, en donde aprendes habilidades enfrentando a otros. O se basan en un sistema de recolección y distribución como en el Lejano Oeste. O en pelea de mechas como en el Futuro Cercano. Hay algunos capítulos lineales, así como otros en los que tendrás que explorar varias locaciones. La variedad de estos sistemas es lo que le otorga al juego la posibilidad de hacer cosas distintas y no aburrirte nunca.
El jugador controla a un equipo de tres personajes en cada historia, y cada personaje tiene sus propias habilidades y ataques especiales. El jugador puede elegir entre atacar, usar habilidades especiales o defender en cada turno; todo esto en una determinada cantidad de espacios dentro de un plano rectangular, en el cual el posicionamiento de las unidades de combate dentro de éste determinará cómo se desarrolle el combate. En su momento, los creadores del juego llamaron a este estilo como Shogi en Tiempo Real.
Aspectos técnicos y arte: una joya revitalizada
Antes de entrar en detalle, vamos con las diferencias de esta versión con la de la Nintendo Switch lanzada el año pasado.
En primer lugar, lo evidente. A diferencia de las limitaciones técnicas de la consola de Nintendo, en PC podremos gozar el juego en resolución 2160p (4K) y hasta 120 fps. Tengo entendido que en PS5 la resolución puede alcanzar también los 2160p, pero limitados a solo 60 fps. Ver el juego en una pantalla que pueda aprovechar lo que una PC pueda rendir, es sencillamente impresionante. Personalmente, pude disfrutar el juego en un LG C2, que gracias a su HDMI 2.1, me permitió aprovechar la máxima resolución y framerate posible. Para corre el juego en PC, utilicé un sistema con procesador AMD Ryzen 7 5800X3D y una tarjeta gráfica Nvidia RTX 3070, además de 32 GB de RAM. Algo overkill probablemente, pero afortunadamente el juego no necesita una PC potente para poder jugarse.
La mejor prueba de ello, es que funcionó perfectamente en una Steam Deck, dispositivo que, para referencia, debería tener la potencia de una PlayStation 4 (base o slim). Todo esto con una resolución de 1200 x 800p a 60 fps estables. El juego está certificado para Steam Deck y definitivamente lo pudimos comprobar.
Con hardware limitado, recomendaría bajar un poco las características gráficas del juego y activar la sincronización vertical, pero en esencia incluso una laptop con video integrado debería ser capaz de reproducir el juego.
Pasando a lo demás, debo decir que el trabajo del Team Asano es sencillamente espectacular. El HD-2D era lo que probablemente necesitábamos para poder revivir joyas de los JRPGs de la era de los 16 bits, y personalmente es algo que me hubiese gustado ver en lugar del recientemente lanzado Pixel Remaster de los primeros seis Final Fantasy. Cada uno de los escenarios ha sido retocado de manera notable, además de contar con elementos con los que no contó el título original de 1994, como iluminación y animaciones de agua y polvo más realistas, mezclándolos con algunos elementos 3D. El equipo de arte nos deja claro que estos elementos constituyen una parte fundamental para la inmersión en el juego.
Esto no quiere decir que el remake no respete los diseños de los artistas originales, sino que se les retoca para darles mayor impacto. Aquí se nota claramente el trabajo de Naoki Ikushima, responsable de arte de Octopath Traveler, Bravely Default II y Triangle Strategy.
Pero con todo lo espectacular que es el arte gráfico de este remake, la estrella resulta ser la banda sonora. Compuesta por Yoko Shimomura; responsable de bandas sonoras como las de Street Fighter II, Parasite Eve, Xenoblade Chronicles, Final Fantasy XV y la saga Kingdom Hearts; la música de este remake es una carta de amor no solo para los fanáticos de los JRPGs de los 90’s, sino para todos quienes crecimos viendo anime desde esa década. Cada historia tiene su propia banda sonora, con melodías memorables que se adaptan perfectamente a cada momento. La música ayuda a crear la atmósfera adecuada para cada historia, y es una delicia para los oídos de los jugadores.
Y la cereza de la torta se la llevan tres temas en particular: Megalomania, Pure Odio y, sobre todo, Go! Go! Buriki Daioh! (Go! Go! Steel Titan!) tema de entrada de la historia del Futuro Cercano e interpretada por el cantante original de varios de los temas de Dragon Ball como Cha-La Head Cha-La, We Gotta Power; o de Saint Seiya como Soldier Dream o Blue Dream: Hironobu Kageyama. Aunque recomiendo escucharla en el japonés original, Kageyama se dio el trabajo de hacer el tema también en inglés para quienes así lo prefiriesen.
Quizá la única ¿queja? en el apartado sonoro sea que en el capítulo del Viejo Oeste, y solo por el contexto, queda mejor un audio en inglés por algunos términos utilizados que en japonés o incluso con los subtítulos en español se pierden en la traducción.
Por el lado de la traducción, se ha seguido el mismo formato que se usó para la versión de Nintendo Switch, que tiene como gran contra (y esto no es problema de Square Enix) el que las localizaciones en español se den solo en España sin pasar por una versión Latinoamericana. Esto se notará en episodios en que se usa mucha jerga, como el episodio en el Presente o el Futuro Cercano.
¿Vale la pena Live a Live para PC?
En resumen, Live a Live es un juego de rol japonés imprescindible para cualquier fan del género. La estructura única del juego, los gráficos impresionantes, la música memorable, la jugabilidad sólida y la narrativa emocionante lo convierten en una experiencia de juego inolvidable. Se nota que se le puso exagerado cariño a este remake, y eso es algo que los fans del género lo agradecemos sobremanera. Aunque el juego puede resultar complicado para quienes no están familiarizados por algunos sistemas de juego de estrategia, esto no empaña la calidad general del juego. Si te gustan los JRPGs y aún no has jugado Live a Live, este remake debería ser definitivamente un título que añadir a tu lista.
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