Un grupo de científicos descubrió que los roedores lanzan una serie de chillidos cuando buscan aparearse. Estos sonidos no son audibles para los humanos.
Un grupo de científicos japoneses descubrió que los ratones aman el canto tanto como el queso y que lo usan para aparearse.
Cuando un macho se encuentra con una potencial pareja lanza una serie de chillidos y chasquidos para llamar su atención. Aunque los sonidos no son audibles para los humanos, estas “canciones” definen a quién se entregará la hembra.
En el año 2005 se descubrió que las canciones eran organizadas y repetían patrones parecidos a los de los pájaros o las ballenas. El misterio en ese entonces era su estas rutinas de vocalización eran innatas o aprendidas.
El científico japonés Takefumi Kikusui encontró la forma de revelar este misterio al mezclar dos familias de roedores y los más jóvenes interpretaban “canciones” de sus padres biológicos y no adoptivos.
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