Buscar
Reproduciendo
RPP Noticias
Estás escuchando En vivo
 
00:00 / 00:00
Lima
89.7 FM /730 AM
Arequipa
102.3 FM / 1170 AM
Huancayo
97.3 FM / 1140 AM
Trujillo
90.9 FM / 790 AM
Piura
103.3 FM / 920 AM
Cusco
93.3 FM
Cajamarca
100.7 FM / 1130 AM
La información más relevante de la actualidad al momento
Actualizado hace 0 minutos
Reflexiones del evangelio
Martes 15 de julio | (San Buenaventura) - "Jesús se puso a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido"
EP 1031 • 00:11
Espacio Vital
Enfermedades catastróficas: ¿quién paga cuando tu salud cuesta más que tu sueldo?
EP 616 • 22:05
Informes RPP
Inseguridad, informalidad y poca capacidad de gasto: los grandes desafíos en las regiones del norte del Perú
EP 1306 • 04:40

Pescador costarricense y cocodrilo de 445 kilos son grandes amigos

EFE
EFE

El cocodrilo Pocho hace diversos trucos como rodar sobre su cuerpo, dar la pata, sostener su cola en alto y hasta cerrar un ojo.

Todas las noticias en tu celular
¡Únete aquí a nuestro canal de WhatsApp!
EFE
EFE
EFE
EFE
EFE
EFE
EFE
EFE
EFE
EFE
EFE
EFE

Con sus casi cinco metros de largo, 445 kilos de peso y más de 70 dientes, Pocho es la mascota favorita de Gilberto Shedden, más conocido como Chito, un pescador costarricense que se ha dado a conocer como la única persona en el mundo que ha logrado "domesticar" a un cocodrilo.

Con una enorme sonrisa en el rostro, Chito, de 54 años, nada tranquilamente junto a Pocho en una laguna en su finca en la localidad de Siquirres, unos 70 kilómetros al este de San José.

Pero no solo nada con él: le ha enseñado a hacer diversos trucos como rodar sobre su cuerpo, darle la pata, sostener la cola y la cabeza en alto y hasta cerrar un ojo.

La relación entre hombre y cocodrilo es cercana y única en el mundo y es la razón por la cual decenas de científicos, expertos en comportamiento animal y periodistas visitan el hogar de Chito, su esposa, su hija y su cocodrilo cada año.

La historia de Chito y Pocho es amistad pura. Hace 20 años encontró al cocodrilo moribundo en el río Parismina, en la zona del Caribe, pues un ganadero le había disparado por comerse a sus terneros en la orilla.

El pescador, que entonces tenía 34 años, lo subió a su lancha y lo llevó a su casa para aprovechar su cuero, pero al pasar los días sin que el animal muriera decidió curarlo y alimentarlo.

Su esposa, Olga Valle, cuenta entre risas que la llegada de Pocho fue un secreto que Chito guardó durante meses y que era un misterio adónde iba por las noches.

Ahora asegura que, aunque ella siente mucho respeto por el cocodrilo pues "siempre será un animal silvestre", Pocho es sin duda parte de su familia.

"Yo le daba de comer pollos. Al principio estaba todo feo, flaco y desnutrido y después ya se puso gordito. Lo iba a ver todas las noches, y una vez se me quedó viendo como invitándome a entrar al agua con él, entonces me metí a nadar", narra Chito, con la misma emoción con la que se refiere a su hija de 10 años, quien también ansía entrar a la laguna con su padre pero aun no se lo permiten.

De hecho, Chito es la única persona que nada con Pocho. Todos los domingos por la tarde hacen un espectáculo para turistas y personas incrédulas, que llegan desde todo Costa Rica para comprobar si la destreza de este "Tarzán Tico" (nombre artístico de Chito) es real o un truco.

Con una característica y contagiosa alegría, Chito pone a cantar y bailar ritmos caribeños a los curiosos visitantes antes de lanzarse al agua con total confianza.

Asegura que Pocho le está agradecido por salvarle la vida y no duda al afirmar que este enorme cocodrilo es su mejor amigo, y que entre ambos existe un lazo que nadie más puede comprender.

Las autoridades costarricenses están al tanto de Pocho y de su singular comportamiento y mantienen una evaluación constante.

El cocodrilo es monitoreado por biólogos y veterinarios, pero ninguno entra a la laguna donde habita.

"Ellos me dicen todo lo que tengo que hacer y yo lo hago porque nadie se atreve a meterse al agua", dice Chito, al hablar de indicaciones que incluyen exámenes médicos, alimentación y hasta darle medicamentos si es necesario.

Pocho se come entre seis y ocho pollos, más algunos pescados, unas tres veces por semana. Tiene unos 50 años de edad y podría vivir unos 30 más.

En 20 años de vida "en familia", el pescador nunca ha sido herido por el cocodrilo, que no tiene la misma actitud amistosa con el resto de personas.

Incluso, cada 1 de enero Chito realiza un truco único: mete su mano y su cabeza en la enorme boca de Pocho.

"Lo hago porque es el primer día del año y sé que él no me va a comer ese día", bromea este osado pescador, con su inacabable buen humor y su singular sonrisa.

EFE

Video recomendado

Tags

Más sobre Más Virales

Lo más leído

Contenido promocionado

Taboola
SIGUIENTE NOTA